DEPORTES › OPINIóN

Grondona muerto, de risa

 Por Adrián De Benedictis

El año se despide sin la posibilidad de poder esclarecer el futuro del fútbol argentino. Lo que hubiera sido el camino de apertura a una limpieza de toda la mugre que lo envuelve, no hizo más que ahondar aún más en el lodo espeso que vive la AFA. La dirigencia no fue capaz de poder realizar una votación de la que participaban 75 personas para poder designar a su presidente, y a partir de ahí, todo queda supeditado a la sospecha permanente. Se habla de una Comisión Normalizadora en la máxima entidad, de un Comité de Crisis, de que la elección podría ser en marzo, que podría ser en junio, que entre Luis Segura y Marcelo Tinelli llegarían a un arreglo para que el conductor televisivo asuma sin oposición, que Segura no está dispuesto a retirarse...

Las especulaciones son diversas, pero lo que se mantiene estable es el grado de inacción para que la transparencia y la credibilidad lleguen definitivamente a la sede de la calle Viamonte. Las internas no ceden y se comenta que debido a algunas actitudes del actual presidente, relegando de cargos clave en una hipotética Comisión de Urgencia, Hugo Moyano (Independiente) y Claudio Tapia (Barracas Central) ya no lo respaldan como al principio. Para colmo, tampoco hay indicios de cómo se desarrollará el próximo torneo, que se iniciará el 7 de febrero próximo.

Pero la mecha creció cuando el ex presidente de la Conmebol, el paraguayo Juan Angel Napout, detenido en Suiza por el caso de sobornos que salpica a la FIFA, aceptó que “Boca es el club más corrupto de América latina”, y compromete al actual presidente de la Nación, Mauricio Macri, por ser “el que más copas compró” cuando era la autoridad principal en esa institución. Napout renunció a su derecho a una audiencia ante la Justicia suiza y ha aceptado ser extraditado a los Estados Unidos, para poder confrontar directamente las acusaciones a los jueces de ese país, y poder demostrar su intención de luchar por su supuesta inocencia.

Es difícil esperar que algo bueno pueda aparecer en medio de todo esto y el fútbol continúa pagando las consecuencias de semejante descalabro. Los jugadores que se desempeñan en el exterior miran incrédulos los acontecimientos y les cuesta creer que la Asociación que los nuclea no pueda resolverlos de manera ordenada.

La Copa América del Centenario, que se jugará en junio en Estados Unidos, y señalada como una de las puntas determinantes de los actos delictivos en el mundo del fútbol, finalmente fue confirmada. Las semejanzas con Argentina son mínimas.

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