”Quiero volver a Siria. Tengo miedo aquí.” El que habla es Taher, un refugiado en la ciudad alemana de Freital, convertida en símbolo de la violencia chovinista. Desde 2014 ya hubo 202 agresiones en Alemania contra las víctimas de la guerra. Y en Freital hubo varias manifestaciones contra los 280 refugiados que están alojados en residencias frente a las cuales desfilaron haciendo el saludo nazi contra los “extranjeros criminales” y los “cerdos demandantes de asilo”. Fue lo suficientemente aterrador como para que Taher prefiriera la guerra más sangrienta del planeta.