Viernes, 31 de julio de 2015 | Hoy
EL PAíS › JOSé MANUEL DE LA SOTA, PRECANDIDATO A PRESIDENTE DE UNA
El gobernador cordobés se diferencia de su adversario para las PASO. “Tengo la experiencia de haber gobernado tres veces una de las provincias más grandes del país”, remarca. También señala que tienen visiones diferentes sobre la seguridad.
Por Miguel Jorquera
El precandidato presidencial de Unión por una Nueva Alternativa (UNA), José Manuel de la Sota, arranca sus recorridas proselitistas repartiendo flores. “Es una forma de iniciar un diálogo de una manera amable, cordial”, dice a Página/12 desde Corrientes, donde volvió a ofrecer flores en busca del voto para vencer a su adversario político Sergio Massa en las PASO de UNA el 9 de agosto. Y se entusiasma con la idea de ser la “sorpresa” de las PASO. Le sigue reclamando a Massa los debates pactados, considera que su socio no tiene experiencia para gobernar y sostiene que se diferencian en el tema de la inseguridad porque él tiene “una visión más social” y el ex intendente de Tigre “una visión más policial”. Sin embargo, De la Sota propone llevar a las Fuerzas Armadas a las fronteras para “combatir el narcotráfico”. “Yo esa foto la tuve con (Antonio) Cafiero y de poco sirvió” –dice sobre Daniel Scioli y el apoyo que le brinda la mayoría de los gobernadores peronistas–: “Vino un señor con patillas grandes y un ómnibus y nos ganó a todos”, sentenció. Ahora se ilusiona con estar del otro lado y ser ahora ese hombre que les gane a todos “porque la sociedad necesita tener confianza en un líder que le diga de verdad lo que va a hacer” cuando llegue a la Casa Rosada.
–¿Sigue afirmando que va a ser la sorpresa o el Lousteau de las PASO?
–Creo que se está dando un crecimiento nuestro muy importante en los últimos 30 días. Escuché a varios encuestadores que estuvieron en una reunión de la Unión Industrial de Córdoba que decían que la fórmula que más ha crecido en los últimos 15 días es De la Sota-Claudia Rucci. Vamos a ver hasta dónde llega este crecimiento, nosotros tenemos mucha confianza. Hemos logrado instalar una serie de ideas progresistas que han sido bien tomadas por la comunidad. Nosotros queremos ganar las PASO.
–En los últimos días Mauricio Macri reconoció logros del Gobierno que afirma que no cambiará. Massa, que planteaba un “cambio justo” reconociendo políticas del Gobierno, ahora endureció su discurso contra el Ejecutivo. ¿Dónde se ubica usted?
–Soy un peronista que quiere un país reconciliado y productivo, una república de trabajadores y creadores de riqueza. Con un Estado fuerte, que no significa grande sino que tenga autoridad, y una sociedad fuerte y democratizada, donde la economía de mercado tenga reglas de juego para que tengamos responsabilidad social empresaria. Un Estado que no solo asista a los que menos tienen, sino que intervenga, participe, fije reglas.
–¿Pero con cuál de los dos se siente más identificado en su discurso?
–Con Massa tenemos la afinidad de que planteamos una opción distinta de la que plantea Scioli y de la que plantea Macri, pero tenemos diferencias de cómo llegar a objetivos similares. Tenemos diferencias en materia de política de seguridad, yo tengo una visión más social: no se resuelve la inseguridad solo con mejorar la policía, con una Justicia más drástica o con cambiar el Código Penal. Creo que debemos tener una mano dura para atacar a las organizaciones criminales, en especial el narcotráfico, y una mano abierta para darle alternativas educativas y laborales a los jóvenes. Porque los chicos no nacen malos, si toman el mal camino es porque la sociedad no les abre las puertas. Yo diría que Massa tiene una visión mucho más policial de la seguridad.
–Sin embargo, usted propone sumar a las Fuerzas Armadas a la lucha contra el narcotráfico...
–Sólo en la frontera, pienso que el narcotráfico en frontera es un problema de defensa nacional porque es un verdadero ejército invasor que ingresa a un país no solo para vender droga sino con el narcocrimen. Ya dentro del país, es un problema de seguridad: ahí quiero crear una fuerza especial que no dependa del poder político sino de los jueces y fiscales.
–¿Qué pasó con los debates que prometieron con Massa?
–Nosotros quedamos que íbamos a debatir tres veces, pero luego no coincidieron los horarios que tenía Massa con las opciones que nos daban algunos canales. Yo acepté siempre, cualquier fecha, dije que con tal de debatir ideas suspendía cualquier gira que pudiera tener, pediría disculpas y la dejaría para el otro día. La idea era cumplir con lo que firmamos, que eran tres debates. El primero creo que fue atractivo, sin agresiones pero sin concesiones, no como esos debates del PRO donde se tiran flores y besos y que no los mira nadie.
–Allí, precisamente usted le dijo a Massa que carece de la experiencia suficiente como para llegar a la presidencia. ¿Lo sigue sosteniendo?
–La diferencia que yo tengo con Massa es que mientras él habla, yo gobierno. Las cosas que él propone, yo ya las hice. El ha gobernado una ciudad atípica y yo tengo la experiencia de haber gobernado tres veces, no consecutivas, una de las provincias más grandes del país, el segundo distrito más grande de la Argentina y usted sabe que los cordobeses no somos fáciles de enamorar: nadie nos lleva de las narices a ningún lado, tenemos una visión crítica, libertaria, diría yo.
–Su fuerza ganó en Córdoba y lo sucederá Juan Schiaretti. Sin embargo, hubo un acercamiento del sciolismo a Schiaretti y afirman que tendrán una buen relación como presidente y gobernador peronista. ¿Usted qué opina?
–En lugar de sacar un video televisivo en el que Scioli dice que va a ser un gran amigo de los cordobeses y que nos va a dar todo lo que merecemos, me parece que debería empezar ahora: por qué no la va a ver a doña Cristina y le pide los 12 mil millones que nos debe, que no espere a diciembre, que haga ahora algo por Córdoba. Yo noto, al menos en el equipo íntimo de Scioli, una gran hipocresía: mientras él dice que es un hombre insobornablemente leal a la Presidenta, muchos de sus amigos desparraman dentro del pejotismo que si Scioli gana, se libera de La Cámpora y los condicionamientos de Cristina.
–Sin embargo públicamente Scioli se muestra como un continuador del modelo y la mayoría de los gobernadores peronistas lo apoyan.
–Creo que los une más el espanto que el amor. Además esa foto yo ya la vi, cuando fui compañero de fórmula de Cafiero tuve esa foto con todos los gobernadores al lado y sirvió de poco. Porque un señor con patillas grandes y un ómnibus nos ganó a todos.
–¿Usted cree que puede ser hoy ese hombre que les gane a todos?
–Pienso que la gente hoy espera confianza en un líder que sea capaz de decirle la verdad de lo que va a hacer, que sugieran cosas que después no cumplan. Yo tengo un plan de gobierno, tengo convicciones. Así como dijo Néstor Kirchner, que él llegó a la Casa Rosada sin arrear sus banderas, yo también. Teníamos la misma edad con Néstor, tuvimos muchos acuerdos y algunos desacuerdos, pero en algún punto teníamos coincidencias y dialogábamos. Eso después se perdió cuando el Gobierno se emborrachó de poder. Soy peronista, no quiero un país enfrentado sino pacificado.
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