La Justicia francesa acusó ayer formalmente al guardaespaldas de una princesa saudita detenido el jueves por agresiones, lesiones graves y privación de la libertad. La víctima es un ebanista que había sido contratado por la princesa para hacer reparaciones en un ambiente de su lujoso departamento en barrio XVI de París, y que había sacado una foto del lugar. El guardaespaldas empezó a gritar acusándolo de sacar fotos para venderlas a las revistas. Luego, el custodio le pegó, le sacó la cámara, lo ató, lo puso de rodillas y lo obligó a besarle los pies a la princesa.