El juez Juan María Ramos Padilla resolvió ayer darles custodia a todos los que testificaron a raíz del asombroso tiroteo entre policías federales que terminó con la muerte del oficial inspector Marcos Itzcovich. En fuentes judiciales dijeron que la decisión obedece a que podría haber aprietes e incluso alguna agresión a los hablaron ante el juez y que motivaron el comentario que Ramos Padilla deslizó antes de establecer el secreto de sumario: “La versión oficial de la Policía Federal no me cierra”.

Los tres integrantes de la División Investigaciones siguen detenidos a raíz del tiroteo en el barrio porteño de Monte Castro, más precisamente en la esquina de Bermúdez y Santo Tomé. El magistrado tiene diez días para resolver su situación, pero parece obvio que si la versión oficial no le cierra es porque cree que hubo una responsabilidad importante de los hombres de Investigaciones.

Itzcovich, junto a su compañero de la comisaría 43ª Gustavo Montenegro, salieron de una pizzería, subieron a una moto e instantes más tarde se enfrentaron con los otros policías. Ninguno de los cinco protagonistas estaba de uniforme, todos vestían de civil. Según la versión oficial de la Policía Federal, cada grupo creyó que el otro era integrante de una banda de delincuentes que robaba autos en esa zona. Es decir que para la Policía Federal se trató de “un lamentable error, una confusión”. Ramos Padilla recorrió el jueves el escenario de los hechos, hubo cálculos de las trayectorias de proyectiles y una especie de reconstrucción de cómo sucedieron las cosas.

Parece cantado que será clave el testimonio de Montenegro, el efectivo que estaba en la moto con Itzcovich. El agente sigue internado en el Hospital Churruca, mejora de las heridas de bala que recibió en el cruce con los otros federales, pero recién la semana próxima estará en condiciones de declarar. Ramos Padilla no quiere sorpresas y por eso ordenó una férrea custodia allí mismo en el hospital.

Por ahora parece probado que ni Itzcovich ni Montenegro dispararon. Los tiros salieron únicamente de los efectivos de Investigaciones. Los tres policías, que fueron indagados por el juez, están desafectados de la Policía Federal de manera provisoria hasta que Ramos Padilla se expida en la causa.

La Dirección de Asuntos Internos de la fuerza también abrió un expediente y la lógica indica que, como mínimo, hubo una gravísima falta de profesionalismo en los policías involucrados.