Un alumno de 19 años murió en las primeras horas de ayer luego de ser apuñalado por un compañero en un aula de una escuela de Villa Gesell. Jonatan Otero y N. L., de 17 años –según relataron sus compañeros de aula– comenzaron a discutir mientras el profesor explicaba el Código de Convivencia, las nuevas pautas que reemplazaron a las amonestaciones. De inmediato, el docente los separó y “logró calmarlos” y les pidió que realizaran unos ejercicios relacionados con la convivencia. A los pocos minutos, Jonatan le arrojó a N. una hoja en la que realizaba la tarea. Entonces comenzaron a golpearse a puñetazos y a patadas. El profesor salió del aula en busca de ayuda del gabinete psicopedagógico. Cuando regresó con los especialistas encontró a Jonatan en el piso, ensangrentado. Jonatan recibió un puntazo en el tórax y otro en el abdomen.

N. trabajaba por la tarde como fileteador de pescado y concurría a la noche a la escuela. Hacía diez días había comenzado el bachillerato para adultos. En tanto, Jonatan jugaba al fútbol en el club San Lorenzo de Villa Gesell, donde su padre, Emilio, es entrenador. Los compañeros de ambos admitieron no saber por qué N. actuó de forma violenta, ya que era “muy buen compañero” y “siempre ayudaba a todos”. Aunque tenía antecedentes de peleas anteriores, señalaron desde la Dirección de Cultura y Escuelas bonaerense.

“Mi hijo le tiró una hoja y le dijo que eso no era el jardín de infantes y que venían a estudiar, entonces el otro le contestó ‘vos no me conocés a mí’ y lo agarró de la campera y le dio dos puñaladas”, contó Emilio. Y afirmó que su hijo “no era un chico violento”.

Entre sollozos, Emilio comentó que “su hijo había pasado del turno tarde al de la noche por orden del vicedirector del colegio, después de haber sido agredido en otra oportunidad por un grupo de chicos”. Según contó, Jonatan “se defendía de constantes agresiones que todos saben que ocurrían frecuentemente en la escuela”. “Pero esta vez terminó en esta tragedia. No voy a dar nombres pero voy a llegar hasta las últimas consecuencias y si la escuela es responsable de esta muerte, va a tener que hacerse cargo”, dijo el hombre.

“Si bien suceden hechos de mala conducta entre compañeros a diario en las escuelas, lo que paso hoy (por ayer) es un hecho extraordinario”, señaló a Página/12 Mario Oporto, el ministro de Educación de la provincia. Al respecto Mara Brawer, coordinadora del Programa de Construcción de Ciudadanía Escolar de esa cartera, diferenció la violencia que pueda ocurrir en una escuela por causas atribuibles a los alumnos de la violencia originada por la propia escuela. “La violencia entre dos alumnos puede estar atribuida a un montón de factores, que no siempre tienen que ver con la escuela, sino con los antecedentes psicológicos de cada chico. En este caso no podemos hablar de violencia escolar”, analizó Brawer.

La funcionaria, además, remarcó que “no se puede decir, sin conocer el caso, si había señales de que esto podía llegar a pasar y las autoridades educativas de la escuela no las vieron”. En tanto, Oporto afirmó que “el docente hizo lo que tenía que hacer, ir a buscar ayuda de los especialistas”. Sin embargo, en el colegio, que tiene una matrícula cercana a los mil alumnos, ya se inició un sumario al docente que estaba a cargo del aula, mientras se intenta establecer si pudo o no haber evitado el hecho.

El episodio sucedió en el turno noche de la Escuela de Educación Media Nº 1, ubicado en el cruce del Paseo 103 y la avenida 8, cuando faltaban cinco minutos para que finalizara la jornada. “Todo comenzó con una discusión tonta –contó Emilio– entre dos adolescentes”. “El docente separó a los dos chicos y les dio un ejercicio en el pizarrón a toda la clase para que se calmaran, pero como pensó que la pelea podía seguir fuera del colegio, faltando cinco minutos llamó a la asistente del gabinete psicopedagógico para relatarle lo que había pasado”, contó Oporto.

Tras la agresión, N. huyó del establecimiento. Pero, dos horas después se presentó junto a su madre en la comisaría 2ª. Después, fue detenido en Juzgado de Menores de Dolores. Mientras, Jonatan fue trasladado a un hospital. “Pero tuvo tres paros cardiorrespiratorios y no pudo salir con vida, debido a las puñaladas”, contó Emilio. Jorge Silva, jefe distrital de la policía de Villa Gesell, confirmó que la víctima recibió un puntazo en el tórax y otro en el abdomen.

Según algunas versiones, N., que fileteaba pescados, portaba habitualmente un cuchillo. “En Villa Gesell, hay una población de 40 mil habitantes y sólo 4 o 5 patrulleros circulan” por la ciudad, se quejó el padre de Jonatan, quien reclamó la instalación de “censores de metal” en los accesos a los colegios para evitar el ingreso de personas con armas.

Durante el velorio del joven, los compañeros de ambos contaron que nunca antes se habían peleado. Algunas versiones municipales indicaban que los jóvenes eran considerados “conflictivos” en la comunidad educativa.