El pueblo de Chaitén, a unos 1200 kilómetros al sur de Santiago, fue clausurado por los próximos tres meses por las autoridades chilenas, debido a la erupción del volcán del mismo nombre. “La presidenta (Michelle Bachelet) ha decidido establecer un plazo de tres meses, en el cual el área de zona cero o aislada se mantendrá”, anunció ayer el ministro de Defensa, José Goñi. Mientras tanto, policías y militares patrullan esporádicamente el poblado, evacuado luego de la erupción del macizo el pasado 2 de mayo, ubicado de unos diez kilómetros de la localidad.

El ministro señaló que en los próximos 90 días ningún civil podrá ingresar en el perímetro de exclusión de 50 kilómetros del volcán. Durante ese período, las familias desplazadas recibirán un bono mensual de 430 dólares. Algunos expertos temen que la densa columna de ceniza, que alcanzó una altura de siete kilómetros, se precipite abruptamente sobre el pueblo y lo cubra. La localidad sufrió el lunes, además, un aluvión tras desbordarse algunos ríos cercanos, provocado por la acumulación de cenizas y ramas.

Mientras, unas 200 mascotas, en su mayoría perros, fueron rescatadas. “El rescate ha sido de una tremenda ternura con estas mascotas, porque ellos querían acercarse como pidiendo ser llevados. Ha sido muy emocionante”, contó la ministra de Medio Ambiente, Ana Lya Uriarte. No obstante, “muchos animales, como vacas, caballos y ovejas, permanecen aún en Chaitén, en las mismas precarias condiciones de las pocas que alcanzaron a ser rescatadas”, comentó a la AFP Alejandra Cassino, de la Coalición por el Control Etico de la Fauna Urbana (CEFU).

Las estimaciones señalan que unos 8000 animales fallecerán en las próximas semanas de no mediar una acción urgente. El alimento y el agua escasean, dado que el poblado está totalmente cubierto de cenizas.

Por otra parte, el Concejo Deliberante de Esquel declaró ayer la “emergencia volcánica” en la zona urbana mientras persista la lluvia de cenizas, que ayer obligó una vez más a suspender vuelos hacia algunos puntos del sur del país. La “emergencia volcánica” permitirá al Ejecutivo comunal disponer de un fondo creado especialmente para esta situación. La medida implica, admitió el concejal Gustavo Difiori, que se le está “dando la suma del poder público o facultades extraordinarias” al intendente”.

En tanto, la ceniza obligó a suspender en Aeroparque vuelos hacia Bahía Blanca, Bariloche y Comodoro Rivadavia. Además, nueve vuelos procedentes de España y Estados Unidos, entre otros países, que tenían como destino Santiago de Chile, estuvieron varados durante la mañana en el aeropuerto de Mendoza.

Por otro lado, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) autorizó el tránsito, por territorio argentino, de bovinos provenientes de la zona cercana al volcán, luego de un pedido del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile. En el Senasa explicaron que se trata de una medida excepcional, cuya duración será acotada a la de la emergencia en la zona. La solicitud del SAG implica que podrán salir animales del aérea afectada sólo por los controles fronterizos chilenos de Palena y Futaleufú, y luego los animales ingresarán nuevamente en el territorio chileno por el control fronterizo de Cardenal Samoré.

En Río Negro, el gobierno comenzó a distribuir barbijos y gotas para ojos entre pobladores de los parajes más afectados por la lluvia de cenizas. Ayer no se produjeron nuevas precipitaciones de ceniza, pero los fuertes vientos imperantes en la región sur ocasionan la voladura de la capa de este material acumulada sobre los techos, vegetación y suelos.