Viernes, 13 de junio de 2008 | Hoy
SOCIEDAD › EL RELATO DE LOS NUEVE SOBREVIVIENTES DE UN ACCIDENTE AEREO EN CHILE
La aeronave cayó el sábado en un cerro del sur chileno. El piloto murió a los dos días, pero antes les enseñó a los demás cómo sobrevivir. Y lo lograron: tenían algo de leche y galletitas y tomaron agua de nieve. Cómo fue el rescate.
“Una noche más y ya no aguantábamos.” Los nueve sobrevivientes de un accidente aéreo en la Cordillera de los Andes en el sur de Chile relataron cómo aguantaron cuatro días en la nieve antes de ser rescatados y cómo el piloto, quien murió dos días después de la caída, los ayudó a organizarse para sobrevivir. Lo único que tuvieron para comer eran leche y galletitas.
Eran diez los ocupantes del vuelo de una avioneta Cessna que el sábado volaba en el sur de Chile y se encontró con un frente de mal tiempo a pocos kilómetros de llegar a La Junta, su destino. Al tratar de esquivarlo, la aeronave chocó con un cerro y terminó encima de un árbol. Todos sobrevivieron al accidente pero el piloto, Nelson Bahamondes, de 65 años, murió dos días después, víctima de hemorragias internas.
Los nueve pasajeros estuvieron cuatro noches sobre la nieve, a mil metros de altura, entre quebradas y acantilados, al aire libre y con lo puesto como único abrigo. Lograron beber gracias a que había abundante nieve en el lugar. Los alimentos debieron ser racionados, ya que contaban con pocos víveres: apenas algunas galletitas y algo de leche. Algunos buscaron raíces y hojas para calmar el hambre.
Lograron ser rescatados por un helicóptero de la Fuerza Aérea de Chile cuyos ocupantes los descubrieron gracias a que tenían puestos los chalecos salvavidas de color amarillo. Antes, las patrullas aéreas de rescate no los habían visto por la espesa vegetación. La señal de radio del avión señalaba un lugar a un kilómetro y medio de donde realmente estaba.
El piloto “tenía un corte en la cabeza, un corte grande, perdió mucha sangre. Y el frío. No pudimos hacer nada por él, y falleció cerca del mediodía del lunes”, relató uno de los pasajeros, el efectivo policial Víctor Suazo.
Tal como relataron los sobrevivientes, Bahamondes se convirtió en el héroe de esta historia ayudándolos a organizarse y dando recomendaciones de supervivencia. Aun con las fuertes heridas, el piloto les pidió juntar la comida que tenían y las medicinas y les dijo que si era necesario quemaran la aeronave para que los detectaran gracias al humo.
Tras el accidente “fue un poco incontrolable la forma de actuar de nosotros mismos. Pero el piloto nos dio instrucciones, ánimo. Lo más probable es que sin él todos hubiéramos muerto y no estaríamos contando esta historia”, dice Suazo, en testimonio al diario El Mercurio. El, como todos los heridos, fue trasladado a Puerto Montt (900 kilómetros al sur de Santiago) para ser tratado de sus heridas.
Entre los sobrevivientes había una mujer, Sonia Cárdenas, de 40 años, dueña de un restaurante, y cuyo temple en los cuatro días en que estuvieron en la montaña fue destacado por quienes estuvieron a su lado. “Era la que llevaba la batuta, la que decía quién iba a buscar leña y quién iba por el agua. Ella también dijo que ya era el momento de salir a caminar para buscar ayuda y ahí bajamos del cerro. Es muy valiente”, indicó Jorge Uribe, trabajador en una salmonera.
“Nacimos de nuevo. Somos todos hermanos. Yo había arrancado de Chaitén y tengo de amuleto la llave de mi casa. Afortunadamente no había niños ni personas de edad, no habrían soportado el frío y el hambre. Todos los días creíamos que nos iban a encontrar. Soy agnóstico, pero ahora creo en los milagros”, dijo por su parte el ingeniero Omar Villegas.
“Siento alegría y también mucha pena por el piloto. El nos salvó. Tratamos de salvarlo a él y no pudimos”, contó Uribe.
La avioneta, un Cessna 208 Caravan, fue hallada a unos 15 kilómetros de la localidad de La Junta –donde debía llegar la tarde del sábado– en la aislada región de Aysén. El monomotor había despegado desde Puerto Montt rumbo al sur y para evitar las cenizas provocadas por la erupción del cercano volcán Chaitén, había tomado una ruta alternativa para llegar a La Junta.
El cuerpo del piloto de la avioneta, que tenía 40 años de experiencia y 16 mil horas de vuelo, no pudo ser rescatado todavía debido a las condiciones climáticas. El cadáver iba a ser rescatado ayer, pero las condiciones climatológicas retrasaron el operativo. “Las condiciones meteorológicas sólo nos permitieron sacar a los sobrevivientes”, indicó el coronel jefe de Estado Mayor de la Tercera Brigada Aérea, Jorge Gebauer.
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