A raíz del impacto ambiental que puede provocar una explotación de uranio que planea una empresa suizo-canadiense, otro pueblo se moviliza en rechazo de un proyecto minero con riesgo de contaminación. La compañía Uranio del Sur SA trabaja en la puesta en funcionamiento de una mina de uranio a cielo abierto con cianuro –uno de los métodos más contaminantes de la industria minera– en la Quebrada de Humahuaca, incluida por la Unesco dentro de los sitios considerados Patrimonio de la Humanidad.

Según el expediente 1077 U de 2008, el 17 de junio Uranio del Sur SA solicitó en el Juzgado Administrativo de Minas de Jujuy un permiso para explorar 9000 hectáreas en Yacoraite y Juella, en la Quebrada de Humahuaca. En 2007, había pedido autorización para explorar 5000 hectáreas. La jueza Cristina Lucas de Durruty analiza las solicitudes de la minera, filial de la compañía suizo-canadiense Uranio AG. La minera lleva adelante emprendimientos en los pueblos riojanos de San Sebastián (3400 hectáreas), Malanzan y Olta (58.664 hectáreas), Cuandacol (41.995 hectáreas) y Los Colorados (10.000 hectáreas). Además, en San Luis explota minas en Quines (6000 hectáreas), Santa Rosa (9800 hectáreas) y La Suiza (6000 hectáreas).

“Es un genocidio ambiental explotar uranio en la región, ya que para extraer uranio se utilizan gases como el radon que viaja hasta 200 kilómetros y permanece en el aire entre cuatro y cinco días. Y porque –además de consumir millones de litros de agua para mezclar con tóxicos y separar los metales– contaminará los recursos acuíferos”, sostuvo en diálogo con PáginaI12 Remo Leaño, de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados contra la Minera. Pablo Mercolli, arqueólogo y habitante de Tilcara, advirtió que “el impacto ambiental será drástico en el territorio por los cráteres que permanecerán cuando la minera se retire”.

Días atrás, el Concejo Deliberante de Tilcara aprobó una ordenanza que prohíbe la minería en esa ciudad, ubicada a unos 87 kilómetros de la capital jujeña. Y la iniciativa fue respaldada por el intendente local, Félix Pérez. “Las principales consecuencias de las explotaciones de uranio realizadas hasta el momento han dejado daños ambientales catastróficos (...) y asimismo se suman los de disposición final de los residuos del proceso”, fundamenta la ordenanza.

Los autores de la norma, además, advirtieron que “los procesos de lixiviación con sustancias tóxicas emplean millones de litros de agua que se contaminan con sustancias tóxicas, como cianuro, mercurio y ácido sulfúrico”.

El proceso consiste en extraer con dinamita enormes cantidades de roca, a cielo abierto –ese procedimiento produce la desintegración espontánea de los tomos del mineral y la emisión de una radiación– para transformar las rocas en polvo y diluirlas en soluciones ácidas que purifican el mineral. Para la separación de los metales se utiliza cianuro, que extrae el 95 por ciento de metales de la roca, pero también el más contaminante, porque además de ese químico los sulfatos de la roca removida aceleran su proceso natural y se filtran entre las napas como ácidos, junto con los metales pesados que contaminan el subsuelo, ríos y lagos. Es una de las formas más rentables económicamente.

Según la ley de Jujuy, para comenzar una explotación se debe presentar un estudio de impacto ambiental y también se necesita la aprobación del gobierno provincial.

Mientras tanto, los Vecinos Autoconvocados y la Unión de Comunidades Aborígenes de Yacoraite exigen la suspensión del emprendimiento y la prohibición de futuros proyectos mineros en la región. “En Jujuy hay más de 1200 pedidos de cateos, lo que equivale a entre 500 mil y un millón de hectáreas de superficie. Además, hay unos 470 pedidos de exploración aprobados”, precisó Leaño. El jueves pasado, unas dos mil personas se manifestaron en Tilcara –ubicada a 87 kilómetros al norte de la capital jujeña– contra el emprendimiento minero.

La Asociación La Huella Gaucha impulsa un proyecto de ley en la Legislatura jujeña que prohíbe “la actividad metalífera a cielo abierto basada en la voladura masiva de rocas y la utilización de cianuro, mercurio, ácido sulfúrico y toda otra sustancia química contaminante”.

Informe: Esteban Vera.