[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Un tremendo drama familiar fue protagonizado por un hombre de 35 años, con las facultades mentales alteradas, quien en un brote psicótico mató a su madre y a una tía, a quienes atacó golpeándolas en la cabeza con una silla. El drama ocurrió en la tarde del viernes en una casa del partido bonaerense de San Martín, pero recién fue conocido en la madrugada de ayer cuando los cuerpos desnudos de las dos mujeres, que estaban apilados formando una cruz, fueron hallados por un vecino que había concurrido al lugar para cortarle el pelo al autor del homicidio, cuyo nombre se mantiene en reserva por cuestiones legales. El autor del doble crimen estaba internado en una clínica de la zona de Pilar, pero era autorizado un par de días por semana para visitar a su familia.
El autor del doble crimen fue sometido ayer a un examen psiquiátrico tendiente a establecer si estaba consciente de sus actos y si, por lo tanto, puede ser imputado por lo que hizo. El caso es investigado por el fiscal Flavio Cardigonde, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 8 de San Martín. La fiscalía está buscando una clínica o instituto neuropsiquiátrico en Del Viso, partido de Pilar, o en Open Door, en Luján, donde poder dejar internado al autor del hecho. Mientras tanto, las primeras evaluaciones médicas están siendo realizadas en una clínica de Capital Federal donde permanece alojado.
Fuentes judiciales dijeron que el hombre había sido autorizado a visitar a su familia por las autoridades de la clínica de Pilar donde estaba siendo atendido como paciente semiambulatorio. Los hechos de violencia, de acuerdo con la autopsia, se habrían desencadenado entre las 17 y las 18 del viernes, por motivos que se desconocen. La casa familiar, de dos plantas, está ubicada en Ayacucho y Rivadavia, de San Martín, hasta donde el hombre había llegado a bordo de un remise. Todo indica que se trató de un brote psicótico incontenible, durante el cual el hombre asesinó de varios golpes a las dos mujeres, utilizando una silla de la cocina, que fue el lugar de la vivienda donde ocurrió el doble homicidio.
El doble crimen fue descubierto por un peluquero que había sido contratado por la dueña de casa para que le cortara el pelo al enfermo mental. El coiffeur, luego de ver el escenario del crimen y los cadáveres apilados, salió corriendo e hizo la denuncia en la comisaría. La policía encontró los cuerpos de las mujeres golpeados, ensangrentados y desnudos, formando una cruz.
Los policías relataron ante el fiscal una escena de película de terror: el autor del crimen había sacado carne de la heladera y la había esparcido en torno de los cuerpos y en las paredes. Dos trozos de carne estaban debajo de la cabeza de las víctimas.
El hombre, todavía desencajado, fue hallado ensangrentado, desnudo y arrancándose los cabellos con las manos. A pesar del ataque de furia previo, se entregó mansamente y fue esposado. Una médica que atendió al paciente dijo que presentaba “heridas en los codos y el cuello”. Las lesiones le habrían sido provocadas por las víctimas, en su desesperado intento por defenderse.
La familia tenía antecedentes trágicos. Fuentes de la investigación dijeron que un hermano del homicida se había suicidado hace pocos años. Los vecinos contaron que el hombre tenía “actitudes extrañas, como masticar ladrillos”, pero hasta ahora “nunca se había mostrado como una persona agresiva”.
De todos modos, el hombre “era un problema para su familia porque era inmanejable”.