Laura Antonnaci, una ex empleada de la Fundación Felices los Niños, dijo ayer en el juicio contra Julio César Grassi que el imputado habría estado con el cura Mario Borgione, poco antes de que éste fuera asesinado por dos jóvenes sindicados por la Justicia como “taxi-boys” que habían sido contratados por la víctima por sus servicios sexuales. Antonnaci, al declarar ante el Tribunal Oral 1 de Morón, recordó que en la noche del 19 de agosto de 1996, Grassi “muy asustado” le pidió al entonces marido de la mujer, el ex policía bonaerense Juan Domingo Pérez, que lo fuera a buscar porque “estaba con Borgione”, asesinado en horas de la madrugada. La mujer no dio otras precisiones, pero aseguró que Grassi estaba “muy preocupado por lo que le había pasado a Borgione”.

El ex policía Pérez, que también declaró en el juicio, se desempeñó como director de Hogares de la Fundación y se lo considera un hombre muy allegado a Grassi. Se dice que actuó como jefe de seguridad de la Fundación. Antonnaci, que se divorció de Pérez luego de acusarlo ante la Justicia por violencia familiar, dijo ante los jueces que Grassi acostumbraba llamar a su ex marido “a cualquier hora de la noche” cuando se encontraba en problemas.

La mujer primero, y el ex policía después, confirmaron que Grassi solicitó la ayuda de Pérez, en febrero de 1994, cuando el hoy imputado “fue echado por el sacerdote Elvio Metone del hogar (de niños) La Casita”, de la localidad bonaerense de Paso del Rey. Este dato sirvió para ratificar lo que había dicho, en su momento, el propio Metone. Antonnaci agregó ayer que la expulsión de Grassi de La Casita se produjo de noche “en medio de una gran pelea”. Este detalle no había sido aportado por Metone, quien fue muy cuidadoso al relatar las razones del entredicho con Grassi, que se habría producido por la fuerte relación que el imputado tenía con un joven, “Luis”, que ahora lo acusa de abuso sexual.

La noche en que tuvo que abandonar La Casita, Grassi fue llevado por el ex policía Pérez al predio de Hurlingham donde se estaba levantando el edificio de la Fundación Felices los Niños. Como dato importante, Pérez confirmó que Grassi tenía una relación muy cercana con un joven cuyas iniciales son F. M., quien nunca acusó al sacerdote, aunque se sospecha que también habría sido objeto de abuso sexual.