No está claro si los nuevos detalles que surgen en la causa del triple crimen llevan el caso a un callejón sin salida o le abren horizontes impensables. Un nuevo nombre, determinante, entró en la causa, y otro, que se suponía de peso, fue tachado de la libreta de los investigadores. El que salió es Nicolás, el nombre que se escucha en la grabación del video de Ferrón, en una discusión subida de tono. El que entra es Gustavito, cuya sola mención obligó a borrar al susodicho Nicolás de la lista de los sospechosos. Gustavito, cabe aclarar, no forma parte de esa lista y viene a ser algo así como un testigo encubierto, aunque no lo sea. Por otro lado, un peritaje realizado sobre la autopsia a las tres víctimas determinó que ni murieron en el zanjón ni fueron fusilados en el mismo momento.

El estudio sobre la autopsia hecha a los cuerpos de Damián Ferrón, Sebastián Forza y Leopoldo Bina fue realizado por Virginia Créimer, directora de Coordinación del Instituto de Investigación Criminal y Ciencias Forenses de la Procuración General de la Suprema Corte bonaerense. El trabajo, según revelaron fuentes judiciales, modificó la idea de que el trío había sido ejecutado en el zanjón donde hallaron sus cuerpos, en General Rodríguez, y que los fusilamientos hayan sido efectuado al unísono.

El lugar o los lugares se desconoce y las muertes se produjeron en una secuencia lo suficientemente amplia como para que se distinga en los cadáveres. El estudio fue realizado a pedido del fiscal de Mercedes, Juan Bidone, para aclarar ciertos puntos que no cerraban.

El estudio de Créimer determinó que en el lugar no se halló la sangre que se correspondiera con la cantidad de heridas sufridas por las víctimas, dieciséis impactos de bala. Además, “los proyectiles hallados estaban en la superficie y no enterrados como deberían estar si con la fuerza del impacto hubieran dado en la tierra”, sugirió la misma fuente, con lo que se interpreta que fueron arrojados para despistar a los investigadores.

Por otro lado, los precintos con los que estaban atados y que se suponía que les habían sido quitados antes o inmediatamente después de balearlos fueron quitados varias horas después del fusilamiento, porque el análisis demuestra que ya había rigidez cadavérica. Por otro lado, Créimer determinó que las muertes no fueron simultáneas, sino en una secuencia, a partir del análisis de las heridas que demuestra momentos diferentes: primero fue fusilado Ferrón, después Bina y por último Forza, y se pudo saber en parte por las heridas sufridas durante el cautiverio, que no permiten coincidir el momento de la muerte. Los investigadores creen que Ferrón y Bina fueron torturados y asesinados delante de Forza, presuntamente para amedrentarlo por algún motivo antes de matarlo.

Por otro lado, el thriller que se había desatado a partir de la posible revelación de tres videos y de grabaciones realizadas por Ferrón en su celular y la idea de que lo había hecho en un último intento de dejar registrado a quienes los secuestraron, o de al menos dejar un postrer dato para la investigación, deberán descartarse. También al buscado Nicolás. En su testimonio ante el fiscal Bidone, Diego Ferrón, hermano de Damián, reconoció los tres videos, el lugar filmado, la heladera, las fotos, la grabación de la supuesta discusión y al mentado Nicolás.

“Es la canchita de fútbol de Ciudad Evita donde desde hace quince años nos juntamos a jugar el grupo de amigos, entre los que estaba mi hermano y yo”, dijo Diego Ferrón. “Se ve claramente tres heladeras, una al lado de la otra, que son las del bar de la canchita donde jugamos al fútbol.” “Quien grabó esos videos es Gustavito, el hijo discapacitado de uno de nuestros amigos que siempre jugaba con los celulares de todos.” Además, aclaró que “el ‘Nicolás’ que se alcanza a escuchar en un diálogo es el nombre del hijo de otro de nuestros amigos”. “Aparte de los videos me mostraron una fotos que había en el celular. En las fotos están mis hijos”, aseguró Ferrón.