Jueves, 4 de diciembre de 2008 | Hoy
SOCIEDAD › UNA FIESTA EMPRESARIA TERMINó EN PELEA, DESTROZOS Y DETENIDOS
Todos contra todos. Una fiesta de fin de año de gerentes y empleados de un hipermercado en un boliche del barrio porteño de Recoleta derivó ayer en una batalla campal. La descomunal pelea comenzó primero entre los invitados a la cena y, luego, a la disputa se sumaron los guardias de seguridad del lugar. Al menos cuatro personas quedaron detenidas y una resultó herida tras la pelea. Asimismo, el mobiliario de la disco quedó destrozado y un patrullero policial resultó dañado por piedrazos arrojados por los protagonistas.
Cuando comenzaron los desmadres, en el evento organizado por la empresa Carrefour había más de 200 personas, entre empleados y personal gerencial de una sucursal porteña. El hecho comenzó poco después de las 3 y media de la madrugada en el bar Pagana, ubicado en Vicente López 2134, cuando parte de los concurrentes comenzó a retirarse del lugar por la finalización de la fiesta. Al parecer, varios asistentes habrían empezado a discutir entre sí motivados, según personal de la disco, “por el alcohol”, hasta que tres de ellos se tomaron a golpes en la planta alta del boliche.
Sin embargo, la lucha se habría generalizado cuando una veintena de personas tomó partido por uno u otro bando. Entonces, los participantes que quedaban en la fiesta comenzaron a arrojarse lo primero que encontraban a su alcance.
Según confirmó un encargado del boliche, “las sillas y las mesas están casi todas rotas. Además, en el baño están los espejos rotos, la mayoría de los sanitarios tienen sus puertas con agujeros o sacadas de lugar, las cortinas que dividían las distintas partes de la disco fueron arrancadas y los espejos y mampostería son un desastre. Hasta hay cosas rotas en la cocina”. De hecho, la “chopera” que se encontraba sobre una de las barras del boliche, después de la pelea, quedó por el suelo. Si bien los daños materiales del local son significativos, para Gustavo Angrizani, uno de los dueños de la disco, “el mayor inconveniente es que teníamos previstas varias fiestas para el resto de la semana, que vamos a tener que cancelar, con lo cual la pérdida de dinero va a ser enorme”.
A los 20 minutos de empezada la batalla, ingresaron a la arena los “patovicas”. Según un encargado de Pagana, los guardias de seguridad del boliche habrían intentado que los empleados del supermercado no siguieran rompiendo las instalaciones del bar. Entonces, la pelea cambió de eje: tanto vigilantes como invitados de la fiesta terminaron a los golpes sobre la calle Vicente López.
Poco después de iniciada la pelea en la vereda, personal de la comisaría 19º de Capital Federal llegó al lugar. “Aparentemente el llamado a la comisaría lo hizo el dueño del boliche, que llegó al local alarmado por sus empleados”, confirmó la Policía Federal. Sin embargo, la gresca era tal que el patrullero que primero se acercó a las inmediaciones del boliche resultó dañado en los vidrios al recibir varios piedrazos. Uno de los encargados del local informó que los policías fueron sobrepasados por los revoltosos y “debieron pedir a la comisaría que les mandaran refuerzos”. La batahola finalizó con la detención de cuatro personas y el traslado de un joven al Hospital Fernández, con cortes en el cuero cabelludo y hematomas múltiples.
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