Jueves, 4 de diciembre de 2008 | Hoy
SOCIEDAD › PROHIBIRáN EN TODO EL PAíS LA VENTA DE TERMóMETROS DE MERCURIO
La Anmat anunció que se dejarán de comercializar los termómetros y tensiómetros de mercurio, por la toxicidad de ese metal. Los plazos serán acordados con las empresas fabricantes e importadoras de esos productos. Piden que intervenga Ocaña.
Por Pedro Lipcovich
“Hemos tomado la decisión política de prohibir la comercialización de termómetros y tensiómetros con mercurio en la Argentina”, anunció una fuente de la Anmat, pero advirtió que esa decisión se concretaría “en el mediano plazo”, luego de conversaciones con las empresas del ramo. Profesionales de la salud solicitaron que la ministra de Salud resuelva directamente “prohibir la venta y uso en todo el país” de estos artículos. Sucede que, tarde o temprano, el mercurio contenido en los instrumentos va a parar a la basura o a las cloacas, termina en los ríos y allí, en el cuerpo de los peces, forma compuestos tóxicos para los humanos. Pero el mercurio también brota de las bocas de los muertos, ya que los empastes dentales se escurren de los ataúdes hacia el ambiente: en los servicios de odontología de los hospitales porteños ya se dejó de usar mercurio para los arreglos.
–¿Cuánto es el “mediano plazo”? –preguntó Página/12 a la fuente de la Anmat.
–Es mejor no poner un número porque depende de las conversaciones con las empresas inscriptas como fabricantes o importadoras de instrumentos con mercurio, a fin de estipular una fecha para sacarlos de circulación –contestó la fuente de la Administración Nacional de Medicamentos y Tecnología Médica.
Entretanto, un grupo de profesionales reunidos alrededor de la ONG Salud sin Daño se dirigió directamente a Graciela Ocaña, ministra de Salud, para solicitar la “prohibición de la venta y el uso en todo el país de termómetros y tensiómetros con mercurio”. La entidad observa que “la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las provincias de Chaco, Jujuy y La Rioja, así como hospitales de Córdoba, Chubut, Neuquén, Río Negro, San Juan, Santa Fe y Tierra del Fuego firmaron una carta de intención para la eliminación del mercurio y se encuentran en pleno reemplazo de su empleo”. La Organización Mundial de la Salud propicia la prohibición del uso del mercurio en instrumental médico, y en la Unión Europea la venta de termómetros de mercurio se prohibió a partir de enero de 2008.
“La mayor toxicidad del mercurio no se da en su forma elemental, como se presenta en los termómetros –precisó Carlos Damin, profesor titular de Toxicología en la UBA y jefe de Toxicología en el Hospital Fernández–. El problema es que todo ese mercurio, desde los desagües o los rellenos sanitarios, termina en el fondo de los ríos: a los peces les llama la atención, lo comen y en sus cuerpos forma compuestos orgánicos que se acumulan y que, sin ser tóxicos para el pez, lo son para los humanos.”
“En el Hospital Fernández, por ejemplo, dejamos de comprar termómetros de mercurio en 2006; durante el año anterior se habían comprado 7000 de estos instrumentos, cada uno de los cuales tiene un gramo de mercurio: es decir que un solo hospital vierte al ambiente siete kilos en un año, lo cual es mucho”, comentó el toxicólogo.
“También las amalgamas que se usan para tapar caries contienen mercurio elemental: si la amalgama se desprende o cuando la persona fallece, ese mercurio pasa al medio ambiente. Pero hoy los dentistas pueden usar resinas, más caras que la amalgama pero que no contienen mercurio; ya hemos logrado que los odontólogos de los hospitales municipales porteños no usen mercurio”, agregó Damin.
El titular de Toxicología de la UBA advirtió sobre un obstáculo para el cambio: “Mucha gente todavía desconfía de la exactitud de los termómetros digitales, pero no son inferiores a los de mercurio; y, cuando se gasta la pila, el termómetro no pierde fidelidad, sino sólo potencia en el visor”.
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