SOCIEDAD › EL PRIMER CASO EN QUE SE REEMPLAZA EL 80 POR CIENTO DE LA CARA

Un transplante de cara casi total

Un equipo de cirujanos de Ohio, Estados Unidos, reemplazó el 80 por ciento de la cara de una mujer, en lo que fue considerado el primer trasplante prácticamente total de cara del mundo, según anunció la Clínica Cleveland, donde se realizó la operación. El trasplante facial implica el uso de tejidos de un tercero para reparar severos daños causados por quemaduras, tumores, malformaciones o traumas. El procedimiento ocurrió hace algunas semanas, sin que la clínica revelara el nombre de la paciente, que estaba desfigurada por diversos traumatismos y no quiere ser identificada.

“La paciente está bien”, dijo la médica María Siemionow, directora de estudios en cirugía plástica en esta clínica, que realizó la operación con otros siete médicos, según el centro de salud. “La operación duró 22 horas, pero la preparación necesitó más de veinte años de trabajo en el terreno de los trasplantes de tejidos compuestos”, agregó.

Se trata del cuarto trasplante exitoso de cara en el mundo, después de que se realizaran dos en Francia y uno en China. Los trasplantes de cara son controvertidos por los riesgos que conllevan y porque se realizan para mejorar la calidad de vida del paciente y no por razones imperiosas de salud. Entre los riesgos que presenta figura la degeneración de los tejidos implantados y complicaciones debidas a los medicamentos que evitan el rechazo, fármacos que el paciente debe tomar de por vida.

Arthur Caplan, especialista en bioética, afirmó que importantes preocupaciones éticas están involucradas en este procedimiento. “Una cosa es andar por la vida con un rostro terriblemente deformado, destrozado, herido. Otra es perderlo en un experimento fallido”, dijo el experto. “Nadie quiere que tengamos que lidiar con esa posibilidad en este rostro trasplantado”’, dijo, sugiriendo que si el trasplante falla, la paciente estará en grandes apuros. Si eso ocurriera, la paciente “no podrá respirar o comer y tendrá que hacer todo artificialmente”, advirtió. “Imagínense vivir sin cara.”

Siemionow fue cuidadosa al señalar que su equipo “realizó un minucioso proceso de selección entre los pacientes”. “Desde el inicio, nuestro enfoque fue considerar que solamente los pacientes más gravemente desfigurados”, y para los cuales las operaciones comunes habrían fracasado, “serían candidatos potenciales”, lo que fue el caso de la paciente operada.

Carson Strong, un profesor de valores y ética en la Universidad de Tennessee College of Medicine, también se manifestó preocupado por los potenciales peligros de un rechazo del trasplante. “Un caso es simplemente anecdótico. No crea un fundamento científico para afirmar que el trasplante es seguro para el paciente”, dijo Strong al The Washington Post. Si el injerto falla, “se puede decir, razonablemente, que el paciente estará mucho peor entonces de lo que estaba antes de que se intentara el trasplante”, añadió.

El primer trasplante parcial de cara fue realizado en 2005 en Amiens, Francia. La paciente, Isabelle Dinoire, de 38 años, había sido desfigurada por su perro. En 2006, un paciente chino de 30 años se sometió a trasplante facial incluyendo la conexión de venas y arterias y la reconstrucción de la nariz, los labios y los senos faciales. Su cara había quedado destrozada luego de que un oso lo atacara mientras buscaba una oveja perdida.

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