La sorpresa del obispo Jorge Casaretto fue mayúscula cuando el lunes por la mañana, en medio de una reunión, un sacerdote de su diócesis le acercó un diario capitalino con una noticia que lo vinculaba con la ultraconservadora Fraternidad San Pío X. Allí se afirmaba que el titular de la Pastoral Social y de la diócesis de San Isidro había celebrado misa en “la parroquia de la Fraternidad Pío X, en la localidad de Olivos, a pocas cuadras de la quinta presidencial”. Casaretto no podía dar crédito a lo que leía. “Absolutamente falso”, dijo conteniendo la bronca. Y relató que efectivamente el domingo, a las 11, concurrió a la parroquia católica San Pío X, ubicada en Avenida del Libertador 2830, en Olivos, para celebrar la misa dominical en reemplazo del párroco, el sacerdote Jorge Rotondora, quien se encuentra de vacaciones. Pero dicha parroquia es parte de la diócesis de San Isidro y no tiene ninguna vinculación con la ultraconservadora Fraternidad San Pío X. La única coincidencia es el nombre del Papa que vivió entre 1835 y 1914, santificado luego por la Iglesia, y que los lefeburistas tomaron por su cuenta como estandarte para reivindicar un catecismo escrito por él y al que el Concilio Vaticano II (1962-65) le introdujo modificaciones que los ultraconservadores no aceptan. Anoche Casaretto hacía escuchar su desmentida y su indignación ante quien quisiera escucharlo.