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Tras un comienzo que se atrasó más de cinco horas, y a sala llena, se llevó a cabo ayer la primera audiencia del juicio oral y público por el asesinato de Martín Castellucci. El Tribunal Oral Criminal Nº 5 de Lomas de Zamora pudo escuchar a la mitad de los testigos que estaba previsto declararan ayer. De todos modos, Oscar Castellucci, el papá del joven muerto tras recibir una golpiza en la puerta del boliche La Casona, en Lanús, en diciembre de 2006, consideró los testimonios como “muy categóricos”. “Aunque el acusado –José Lienqueo Catalán– sostiene que le pegó sin intención de matarlo, lo dicho ayer indica todo lo contrario”, sostuvo.

“Se trata de un juicio atípico, ya que los más de 40 testigos fueron aportados por la fiscalía –a cargo de Jorge Bettini Sansoni– y nosotros, el particular damnificado. La defensa no citó a nadie”, explicó Castellucci padre, al cabo del primer encuentro en el que se debatirá si le cabe o no una condena a José Lienqueo Catalán por la muerte del adolescente. Por el momento, el patovica enfrenta la acusación de homicidio simple, que prevé una pena de ocho a 25 años de prisión.

Los jueces Guillermo Puime, Pedro Pianta y María del Carmen Mora previeron que a las 8 podrían dar inicio a la audiencia, cosa que recién sucedió alrededor de las 13.30, más de cinco horas después. Es que debieron esperar a que el acusado se hiciera presente en la sala principal del Palacio de Justicia de Lomas de Zamora. “Parece ser que el Servicio Penitenciario se olvidó de traerlo”, ironizó el papá de la víctima.

El tribunal planeó escuchar a los 45 testigos a lo largo de las tres primeras jornadas, cosa que “no será posible”, aseguró Castellucci. Es que, de las 15 personas que fueron citadas para esta primera etapa, sólo 6 pudieron dar su versión de los hechos. “Seguramente escucharemos al resto hasta el viernes”, agregó. Entre los citados figuran peritos que realizaron la autopsia del joven y especialistas en boxeo solicitados por la familia: “Sabemos que el acusado es boxeador. Los peritos intentarán demostrar que el tipo de golpe que se le aplicó a mi hijo fue para provocarle la muerte”, concluyó.

Así, desfilaron frente al tribunal la mamá de la víctima, Ana Herrera; Nahuel Arroyo, amigo íntimo de Martín y al que el personal de La Casona le negó la entrada la noche del 6 de diciembre de 2006, hecho que desembocó en la muerte del adolescente; y cuatro jóvenes más que presenciaron, desde la cola para ingresar al local, la golpiza que supuestamente aplicó Catalán, en ese momento patovica del boliche, a Martín. “Es destacable el valor de estos chicos. Esa noche no hubo cuatro testigos sino doscientos. Sólo ellos se presentaron para colaborar en el caso”, apuntó Castellucci.

Informe: Ailín Bullentini.