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Al igual que el miércoles pasado, una falla en los semáforos de la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires complicó ayer el tránsito durante más de una hora, por la mañana. Esta vez, según las autoridades porteñas, el problema fue una “descalibración” que desató un caos en cruces de avenidas como Santa Fe y Juan B. Justo o Callao y Libertador. El origen de este desajuste, que cortó la onda verde en plena hora pico, estuvo en las propias tareas de reparación del sistema. Dichas tareas, aseguraron desde la Dirección General de Tránsito porteña, terminarán mañana.

Después de las 8, y durante algo más de una hora, los semáforos detuvieron el caudal de tránsito de las avenidas Del Libertador, Figueroa Alcorta, Cabildo, Santa Fe y Pueyrredón, entre otras. El congestionamiento incluyó cuatro barrios: Belgrano, Palermo, Barrio Norte y Retiro. Según informaron voceros de la Policía Federal y de AUSA, hubo largas colas para entrar en la Capital por la mentada “descalibración”.

Según señalaron ambas fuentes, varios de los semáforos fuera de servicio se encontraban también en el microcentro, en particular los de las inmediaciones de la Plaza San Martín, en Retiro, y los de Corrientes y Leandro N. Alem, e Independencia y Paseo Colón. Para la Dirección General de Tránsito porteña, “los problemas de calibración afectaron principalmente la Avenida del Libertador, desde Dorrego hasta Retiro, y la avenida Santa Fe, entre Coronel Díaz y Agüero”.

Ayer, el gobierno aclaró que los semáforos no quedaron fuera de servicio, sólo perdieron su sincronía “debido a las tareas de reparación que se realizan desde el jueves pasado” y que personal técnico trabajaba “para corregir el desperfecto”.

Tal como explicó el técnico Carlos Milovich a Página/12, cuando hay un desajuste entre la computadora que envía la orden y el semáforo que la recibe, éste espera 200 segundos y comienza a funcionar con un programa propio, lo que genera una descoordinación con los demás semáforos. El miércoles pasado el caos duró casi dos horas, aunque fue provocado por la batería de una fuente de las computadoras que sincronizan los semáforos de la zona norte, desactivando alrededor de 150 aparatos.