Aunque Pelotín Ponce se mantuvo en su posición –que a la hora del asesinato del abogado Maximiliano Robak se encontraba en la villa Melo–, la remisera Verónica Torres, también detenida, ayer agregó más lastre a la situación penal del acusado, luego de declarar que no tenía dudas de que Pelotín había asesinado a Robak al verlo llegar “sacado a la villa”. Un testigo de identidad reservada había declarado en la causa que Pelotín llegó a la villa de Melo diciendo que había asesinado a una persona y que la remisera lo había trasladado. Torres sostiene que lo trasladó, pero no al escenario del crimen sino después de su llegada. El juez de San Isidro Rafael Sal Lari sostuvo que “en algunos medios la información es presentada en forma incompleta y tendenciosa”. Sal Lari es el magistrado que ordenó la excarcelación de Ponce en 2007, por una tentativa de robo con un destornillador. “No tenía antecedentes”, informó el juez y agregó que luego pasó a juicio y el Tribunal Oral 5 condenó a Pelotín a dos años y medio en suspenso. “El Ministerio Público no apeló ni la excarcelación ni la sentencia en suspenso”, sostuvo el juez.

Sal Lari sostuvo que algunos medios lo acusaban, citando fuentes judiciales, al presentar “la información en forma incompleta y tendenciosa. En esas publicaciones, según Sal Lari, termina siendo acusado como responsable de que Pelotín fue liberado, lo que posibilitó el asesinato de Robak. El acusado Ponce efectivamente fue excarcelado en el mes de noviembre del año 2007. En dicha oportunidad, se lo acusaba de robo agravado por el uso de arma en grado de tentativa. Carecía de antecedentes penales”, sostuvo el juez. Pelotín fue detenido cuando entró a un comercio en Olivos con la excusa de que trabajaba repartiendo volantes. En el local había dos empleadas. Pelotín, que por entonces tenía 18 años, las amenazó con un destornillador y las maniató. Luego empezó a revisar el local buscando dinero y objetos de valor. Entonces llegó un patrullero que lo detuvo en el lugar.

La causa, caratulada como tentativa de robo calificado por el uso de arma (el destornillador, no un arma de fuego), tuvo como parte investigadora y acusatoria a la fiscalía 1 de Vicente López. En diciembre, Sal Lari dispuso excarcelarlo por las características del delito y porque no tenía antecedentes. En ese caso, la fiscalía no apeló la resolución de Sal Lari. Luego la causa fue elevada a juicio. Recayó en el Tribunal Oral 5 de San Isidro. Pero no se llevó a cabo el juicio oral ya que se acordó un juicio abreviado.

Según este tipo de juicios, a propuesta del fiscal (en casos en que la pena final sea no mayor a 15 años) en acuerdo con la defensa, si el imputado reconoce el delito del que se lo acusa, la pena que se le impondrá será menor a la que correspondería para el caso de un juicio oral. En el caso de la tentativa de robo con un destornillador, sin antecedentes penales, no le correspondería una pena mayor de tres años. La pena, en el juicio abreviado, la sostiene el fiscal y si hay acuerdo, el tribunal no puede condenar por una pena mayor.

Para el caso, Pelotín salió en libertad condicional, no por decisión de Sal Lari ni siquiera del propio Tribunal Oral 5, sino porque la parte acusatoria, en este caso la fiscalía de juicio, consideró más lógico obtener una condena rápida y con menor gasto público, no demasiado diferente a la que hubiera obtenido en un juicio oral, con gasto público.

En pocas palabras, Sal Lari sostenía que lo “incompleto y tendencioso” de algunas informaciones lo señalaban como eje central de un procedimiento, desconociendo el engranaje jurídico y poniendo en el centro de las críticas la obligada función de los jueces bonaerenses de controlar el cumplimiento de las garantías.