Un verdulero fue condenado a prisión perpetua por haber quemado vivo y provocado la muerte de otro comerciante del mismo rubro, al que acusaba de haberlo denunciado ante inspectores municipales, en 2005, en la localidad de Castelar. El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Morón, presidido por Luis Andueza, consideró a Víctor Di Cagno (40) responsable de “homicidio agravado en concurso real con amenazas coactivas” en perjuicio de Fernando Alonso (25), de acuerdo con el veredicto.

Antes de los alegatos, siete médicos de la Suprema Corte bonaerense aseguraron que Di Cagno fingía su supuesta esquizofrenia. El abogado querellante, Jorge Neville, agregó que también fue “contundente” la declaración de los testigos, “pese a que eran amenazados y recibían ofertas para no declarar”. Por su parte, Gabriela Morel, madre de Alonso, remarcó que Di Cagno “nunca se arrepintió ni pidió disculpas por lo que hizo porque creía que estaba bien”. Sin embargo, se mostró satisfecha de que, a pesar de los años transcurridos, “la Justicia llegó”.

El hecho ocurrió el 25 de octubre de 2005, cuando Alonso atendía su verdulería frente a la estación de trenes de Castelar y llegaron unos inspectores municipales a revisar el local y lo multaron. Poco después, se dirigieron al negocio de Di Cagno, situado a sólo media cuadra, y secuestraron varios cajones de mercadería porque se encontraban en la vereda. Entonces, Di Cagno le lanzó una amenaza: “Si en veinte minutos no cerrás el negocio, vengo y te prendo fuego todo”. Luego regresó con un bidón con combustible, una caja de fósforos y tras hacer un conteo de 20 a 0 empezó a rociar el local, que comenzó a incendiarse.