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El controvertido médico italiano Severino Antinori informó ayer que el próximo enero nacerá el primer bebé clonado de la historia de la humanidad, cuya gestación avanza normalmente. “Naturalmente será un niño”, dijo Antinori, quien evitó mencionar el lugar del nacimiento para proteger la intimidad del bebe y de la madre. No sólo eso: también aseguró que cinco semanas después deberán nacer otros dos niños clonados. Al enterarse de la novedad, distintos especialistas salieron a criticar los experimentos por considerar que la tecnología aún no es lo suficientemente segura para ser aplicada en humanos, mientras la Iglesia fustigó a Antinori “por querer reemplazar a Dios”.
“El bebe está perfectamente sano y ha entrado ya en su trigésima tercera semana de gestación. Pesa alrededor de 2,5 kilos y todo nos hace creer que hay un 90% de probabilidades de que todo salga bien”, dijo ayer Severino Antinori, quien el año pasado había desafiado a la comunidad científica al asegurar que traería al mundo a un bebé clonado antes de que terminara el año 2002.
El lugar donde se producirá el nacimiento sigue siendo una incógnita, aunque en reiteradas oportunidades el médico mencionó que se produciría en algún país del Mediterráneo. Se especula que podría ser Libia, donde desde hace varios años el médico italiano cuenta con una clínica a su disposición, cedida por el presidente Muammar Khadafy, para llevar adelante sus experimentos genéticos, los cuales están prohibidos en numerosos países como Gran Bretaña, Estados Unidos, Argentina y la propia Italia.
El procedimiento utilizado en este caso es el mismo que se usó con la oveja Dolly y consiste sencillamente en tomar un óvulo, quitarle su núcleo y poner en su lugar una célula somática tomada del varón, para luego implantarla en el útero materno. El resultado: un bebé con la misma carga genética que su padre.
Sin embargo, aunque ya fue probada en animales, esta práctica es considera criminal por muchos especialistas, para ser usada en seres humanos. Los primeros en sostener esta posición fueron justamente los científicos que llevaron adelante el caso Dolly. “Las experiencias con animales están avanzando lentamente a través de la prueba y el error y aún tenemos muchos problemas”, dijo Alan Collman, director de investigaciones de PPL Therapeutics, una de las empresas que ayudó a preparar el camino para la clonación de Dolly.
La misma posición expresó el doctor Lino Barañao, profesor de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, especialista en biología de la reproducción, quien le explicó a Página\12 que “en el estado actual en que se halla la tecnología, pensar en la posibilidad de la clonación humana es sencillamente criminal. Hasta hoy, en los intentos que se hicieron con animales, un altísimo porcentaje nació con malformaciones genéticas o problemas en el sistema inmunológico y no veo por qué debería suceder algo distinto en el caso de los seres humanos”.
Desde otro ángulo, la Iglesia también fustigó duramente a Antironi, acusándolo de querer reemplazar a Dios. “Quiere ser Hitler”, dicen que exclamaron en el Vaticano al enterarse de su proyecto. Sin embargo él no lo considera así: “Más que Hitler soy como Galileo, un incomprendido”, dijo el controvertido ginecólogo.