Una adolescente de 14 años que estuvo desaparecida durante un mes, en la provincia de Corrientes, y que fue hallada esta semana, declaró ayer ante la Justicia y dio detalles sobre el asesinato de su presunto captor, quien apareció descuartizado en un terreno donde se alojaba con la menor. El principal sospechoso, un joven de 22 años, está imputado y detenido, tras atribuirse el crimen. Según fuentes de la causa, el acusado formaría parte de una tribu urbana. Además, conocía a la víctima, con quien había trabajado ocasionalmente en un circo que pasó por Corrientes. La chica negó haber sido secuestrada y permanece bajo la guarda del Poder Judicial, porque pidió no regresar con su familia.

La joven, Oriana C., “narró todo lo que le tocó vivir”, informó la titular del Juzgado de Menores Nº 2 de Corrientes, Irma Domínguez. La magistrada sostuvo que la adolescente “no quiere volver a su casa” porque “aduce maltrato familiar” y “aclaró que no fue secuestrada”. No obstante, la jueza consideró que esa declaración “puede no ser cierta” y que “hay que ver todo lo que pasó”. Por ahora, por propio pedido, Oriana permanecerá en resguardo de la Justicia, asistida por psicólogos.

La chica desapareció de la verdulería donde trabajaba, en la capital correntina, el 17 de enero. Se fue con Jorge Rodoni (56), quien alquilaba una pieza en ese comercio. El martes, Oriana fue encontrada en la localidad balnearia de Empedrado, ubicada a 45 kilómetros de Corrientes, junto a Jacobo Guerra (22), oriundo de Paso de Los Libres y ahora imputado por el crimen de Rodoni.

Luego de alojarse cerca de un mes en un camping, la menor y Rodoni fueron a acampar a la casa de dos jóvenes de apellido Pérez, conocidos del hombre y de Guerra. Una fuente judicial indicó a Página/12 que los cuatro hombres “se conocían desde hace aproximadamente un año, porque habían trabajado en el Circo Unión, que ahora andaría por Posadas”. Sobre Rodoni precisó que “era de Caseros (Buenos Aires)” y que “se movía por muchos lados. Tenía una vida nómade”.

El martes, Guerra se acercó “voluntariamente a la comisaría de Empedrado para notificar que iba a acampar en la casa de los Pérez”. A partir de esa extraña declaración, la policía, que buscaba a Rodoni y a Oriana, se dirigió a la vivienda, donde encontró al joven y a la menor, que en un primer momento “dijo llamarse Lorena”. De inmediato, Guerra confesó el crimen de Rodoni.

Al día siguiente se allanó la casa de los Pérez, donde se encontró el cuerpo de Rodoni despedazado y enterrado en tres lugares. “Por un lado estaba la cabeza, por otro los miembros inferiores y superiores y en un tercer lugar el torso. Las partes del cuerpo estaban a no más de 50 centímetros de la superficie”, detalló a este diario Osvaldo Ojeda, el fiscal de instrucción que investiga el asesinato.

Para los investigadores, “la hipótesis más fuerte es que Guerra trató de evitar que Rodoni abusara sexualmente de Oriana. Aparentemente hubo un forcejeo y entonces el joven le clavó un cuchillo de cocina al hombre”. “El homicidio habría sido entre el sábado y el domingo pasado”, estimaron. Por otra parte, una fuente judicial, que prefirió mantener el anonimato, contó que “Guerra sería de un grupo de góticos que practicaban el vampirismo e incluso mientras estaba en la comisaría gritó que se había tomado la sangre de Rodoni”.

Guerra quedó imputado por el crimen y está detenido en Corrientes. Por su parte, los hermanos Pérez estuvieron demorados el jueves para declarar y por el momento “están desvinculados del crimen”. Mientras que Oriana “sería citada a declarar sobre el asesinato el martes de la semana que viene”, anticipó el fiscal.

Informe: Leonardo Rossi.