Miércoles, 18 de mayo de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › UN TESTIGO RECONOCIó A QUIEN TIRó LA PIROTECNIA EN EL RECITAL DE LA RENGA
Iván Fontán fue reconocido por otro asistente al show del grupo de rock. Para el juez, se trata de la persona que tiró la bengala que hirió de muerte a Miguel Ramírez. Fontán sigue preso, aunque aún no se definió su situación procesal.
Por Carlos Rodríguez
Un testigo reconoció ayer –en rueda de personas– a Iván Alejandro Fontán, de 25 años, como la persona a la que vio arrojar una bengala del tipo náutico durante el recital de La Renga. Gustavo Avellaneda, abogado defensor de Fontán, admitió que su representado fue identificado por el testigo Leonardo Garay, pero aclaró que “eso no significa que la bengala que arrojó mi cliente haya sido la que le produjo la muerte” a Miguel Ramírez, de 32, quien recibió el impacto de la pirotecnia en el cuello y falleció nueve días después del hecho. De todos modos, el juez de la causa, César Melazo, manifestó que por los datos reunidos hasta el momento “sólo hubo una bengala de esa magnitud, aunque hubo otras de menor potencia, como los llamadas ‘tres tiros’ o las lumínicas”.
Melazo explicó a Página/12 que el testigo “reconoció a Fontán en la rueda de personas como el autor del disparo de la bengala”, lo que significa “una ratificación y una ampliación” de lo que había dicho antes Leonardo Garay. En su momento, el joven había aclarado que no estaba en condiciones de dictar los datos para hacer un identikit de la persona a la que había visto manipular la bengala, pero que podía identificarlo si lo viera personalmente, cosa que hizo ayer.
Melazo consideró, a priori, que los dichos del testigo ratificarían que Fontán fue “la misma persona que disparó esa única bengala de estas características”. La bengala náutica de luz roja, como la que impactó sobre Miguel Ramírez, tiene una parte que se desprende y que fue la que provocó la herida que obligó a la internación de la víctima, en la noche del 30 de abril pasado, cuando el recital de La Renga en el Autódromo Roberto Mouras de La Plata todavía no había finalizado. Ese elemento de pirotecnia arde durante algo más de 60 segundos y provoca un calor comparable al de 15 mil candelas encendidas en simultáneo.
El testigo Garay precisó, en la causa, cuál era su posición en el autódromo donde se hizo el recital y ahora hay que determinar a qué distancia estaba del imputado. Melazo anticipó que realizá la reconstrucción del hecho “con bengalas parecidas, para ver la potencia y la distancia” desde la que se disparó. Fontán sigue detenido por “homicidio simple con dolo eventual” y está sin resolverse el pedido de su abogado para que le otorguen una “excarcelación extraordinaria”.
Antes de resolverlo, se tienen que recibir “antecedentes y pericias psicológicas y técnicas” de Fontán, explicó Melazo. Ante una consulta sobre si ya están corroboradas las causas de la muerte de Miguel Ramírez, el juez advirtió que en la causa “se investiga todo, desde la responsabilidad médica en el momento de la atención a la víctima hasta la de los organizadores, de la policía o la de los encargados de la seguridad y cacheos”. Ramírez fue asistido en el Hospital Alejandro Korn de Melchor Romero. Al principio parecía estar fuera de peligro, hasta que el cuadro se agravó por un edema cerebral. En algún momento, allegados a la víctima mencionaron la palabra “mala praxis”.
En la causa, hasta ahora, se tiene “la confesión del imputado de que ingresó con la bengala, no sabemos si la llevaba a la vista o escondida entre sus ropas, pero lo que se supone hasta ahora es que hubo una sola bengala de esa magnitud. Hubo obras, de menor potencia”, insistió Melazo.
El abogado de Fontán, por su parte, sigue manteniendo la hipótesis de que hubo “dos personas que dispararon” bengalas. Señaló que, “si se analizan los videos, se pueden ver otros tipos de fuegos” durante el recital.
Según el defensor de Fontán, el testigo Garay “planteó otras situaciones, porque habló de una persona que estaba parada arriba de un baño químico y que lanzó una bengala. Iván (Fontán) nunca dijo eso e incluso otros testigos, como los chicos de Bahía Blanca (amigos del imputado), jamás indicaron que mi defendido se subiera a ningún lugar. Por eso seguimos sosteniendo la posibilidad de que hubiera dos tiradores”.
Avellaneda aseguró que Fontán siguió “las indicaciones que había en la bengala. Apuntó hacia arriba. La idea era que se iluminara la noche, pero por un defecto técnico o por lo que pudo haber ocurrido, que aún no lo podemos entender y además no hay informe de eso, la bengala se desvió hacia algún lugar”. El defensor aseguró que “hay muchos accidentes de esta naturaleza por el mal funcionamiento de este tipo de aparatos”, aunque no dio precisiones, salvo que el artefacto “podría estar vencido”.
Los tres amigos de Fontán –que no participarán en un reconocimiento, porque lo conocen desde antes– dijeron ante la Justicia que el imputado arrojó la bengala y uno de ellos recordó que le había advertido que no lo hiciera porque podía morir “alguna persona”. La situación procesal de Fontán es complicada, porque tanto el juez como la fiscal piensan que tenía que haber previsto el peligro que significaba para terceros que él arrojara una bengala de tal potencia.
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