Los trabajadores cesanteados por el cierre de la confitería Richmond acordaron ayer con los propietarios del comercio el pago de las indemnizaciones y el sueldo adeudado, tras lo cual los empleados resolvieron levantar la toma que mantenían sobre el local, ubicado en la calle Florida al 400. Sin embargo, representantes del gremio gastronómico, que participaron de la negociación, adelantaron que mantendrán una guardia dentro del local hasta que se hagan efectivos los pagos.

Las negociaciones se llevaron a cabo en el Ministerio de Trabajo, con la intervención del titular de la cartera, Carlos Tomada, y la secretaria del área, Noemí Rial. Fuentes de ese organismo informaron que el gremio y la empresa acordaron el pago de los salarios de agosto y las indemnizaciones de ley, que se depositarán hoy en la cuenta de cada uno de los trabajadores, con un total global de entre 600 y 800 mil pesos.

También se acordó que cuando los trabajadores firmen el recibo estarán acompañados de un abogado del Servicio de Conciliación Laboral Obligatoria, para evitar que sean obligados a firmar documentación en la que renuncien a sus derechos.

La situación en la Richmond salió a la luz la semana pasada, cuando se supo que los dueños habían vendido el local a una empresa de indumentaria deportiva, que piensa instalar allí un local de venta al público. Ante esta situación, la Legislatura aprobó una ley que declara a la Richmond como Patrimonio Histórico de la Ciudad, pero esa norma aún no fue promulgada ni publicada en el Boletín Oficial.

La confitería ya se encontraba inscripta en el registro de Bares Notables. Pero esa protección no resultó suficiente. El lunes amaneció cerrada, con sus vidrios pintados. El martes los trabajadores la ocuparon para forzar la negociación de sus indemnizaciones.