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A través de una declaración conjunta de los equipos de Pastoral Social y Pastoral Aborigen de la diócesis de Comodoro Rivadavia, la Iglesia Católica de Chubut volvió a reiterar su firme rechazo a “una política extractiva megaminera con uso de explosivos y de insumos tóxicos cuyo poder de contaminación y de producción de desechos traen efectos devastadores hacia recursos como el agua, el suelo, el aire y la luz, que son bienes comunes”. La toma de posición de estos equipos se suma a pronunciamientos similares hechos tiempo atrás por los obispos católicos patagónicos. La manifestación se produce “ante las nuevas versiones que darían cuenta de una posible modificación a la ley (provincial) Nº 5001, la primera ley que reprueba la extracción megaminera en el país”, aseguran los firmantes.

Sostienen los representantes de la Iglesia en Chubut que “junto a otros actores sociales con los que compartimos el mismo espacio de ciudadanía, somos partícipes desde hace años de la misma honda preocupación acerca de la política extractiva”, que no parece compatible con la idea de un desarrollo que “sea humano, integral, solidario y sostenible para los pobladores de nuestra provincia”.

La declaración se produce porque se entiende como un “retroceso” el intento de modificar el marco regulatorio vigente que fue, por otra parte, el resultado de “una lucha y reivindicación de todo un pueblo como lo fue aquel histórico ‘No a la mina’ de Esquel”.

Al incursionar en las causas, los representantes de la Iglesia aseguran que “la tensión provocada por la lógica de un sistema mundial de producción ha generado una cultura consumista que hemos de cuestionar terminantemente, para garantizar un futuro común para todos: los que estamos y los que vendrán”. Y agregan que aún se carece de un debate integral en la sociedad sobre las consecuencias de este tipo de explotación minera y que, al mismo tiempo, “se quiere instalar un discurso único acerca de los beneficios de los emprendimientos mineros, como única tabla de salvación para el sustento de los pobladores y para el resto de la provincia, cuando no ha habido una verdadera, continua y sostenible política integral a través del tiempo, que les permitiera lograr cierto bienestar y calidad de vida, lograda por ellos mismos”.

Los equipos de Pastoral Social y Pastoral Aborigen de Comodoro Rivadavia afirman también que se está provocando “la fragmentación de la población en general, contraponiendo conceptos tan atractivos como ‘desarrollo’ y ‘progreso’ al de ‘sentido ético’, el cual es descalificado por su aparente inutilidad material. Todos queremos progreso, pero no a cualquier costo y menos si se hace peligrar la vida de futuras generaciones”, dicen.

Y para dar respuesta se propone construir una propuesta de “desarrollo alternativo, integral y solidario a partir de una visión ético espiritual –la cual supera el plano religioso y es propiedad de todas las personas– de profunda raíz histórica, cultural y ancestral para acordar decisiones compartidas de manera responsable y comunitaria”.