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Aunque parezca amable e incruento, el recibimiento que ciertos individuos vinculados a Boca Juniors vienen preparando desde hace semanas a ciertos individuos vinculados a Belgrano de Córdoba, con motivo del partido que jugarán en la próxima fecha del torneo Apertura, no hace más que reavivar inquinas, con el eterno, perverso y falaz disfraz de “folclore del fútbol”.

Queda claro que estos personajes, tanto los unos –los de Boca– como los otros –los de Belgrano– son absolutamente irrepresentativos, aunque no sería demasiado descartable la posibilidad de que cuenten con algún tipo de complicidad dirigencial.

Y todo tiene que ver con la condición de verdugo de River que se le atribuye al equipo cordobés, como si River no hubiese sido verdugo de sí mismo al perder la categoría.

Es que los hinchas de Boca no escucharon las sensatas palabras de quien para quien esto escribe mejor dice y mejor juega en el fútbol argentino: Juan Román Riquelme, quien más de una vez se lamentó del descenso del clásico rival de Boca. Y lo de Román parece ser cualquier cosa menos “fulbito para la tribuna”.