Vestida con jeans ajustados, remera blanca y maquillada como para ir de boda, la modelo colombiana Angela Sanclemente Valencia (31), que ayer comenzó a ser juzgada en Buenos Aires por supuesto intento de contrabando de cocaína a España, aseguró que vino a la Argentina para casarse con su novio marplatense, radicado en México, Nicolás Gualco (25), también detenido en la misma causa. “No vine acá a delinquir, no soy ninguna narcotraficante”, sostuvo la joven ante los jueces del Tribunal Oral en lo Penal Económico 3. Sobre los motivos que la llevaron a estar cerca de seis meses prófuga de la Justicia local, aseguró que hubo un abogado que la asustó diciéndole que si se entregaba, en la cárcel la iban “a violar y rapar la cabeza”. En un intento por demostrar que actuó de buena fe y que no quiso eludir a la Justicia, la ex reina del café de Colombia sostuvo que su primer abogado, el ex juez Guillermo Tiscornia, le ofreció la posibilidad de “salir caminando” del país, pero ella prefirió quedarse a pesar de “pasar hambre” y de escuchar que la llamaran “reina de narcos”. Su discurso, en más de una ocasión, se vio turbado por los sollozos.

La joven habló durante 45 minutos ante los jueces Luis Imas, Horacio Artabe y Karina Perilla. Durante la audiencia, Angela estuvo sentada cerca de su novio, con quien intercambió sonrisas, aunque a la hora de declarar, ella lo dejó mal parado. “No vine acá a delinquir. Nunca pensé que Nico (en alusión a su pareja), se pudiera meter en cosas raras. Lo único que hice fue hacer unas llamadas”, señaló en referencia a las escuchas telefónicas por las cuales es señalada como una de las cabezas de la organización. Además de la modelo y su novio, son juzgados Daniel Monroy (46), tío de Gualco; Gustavo Páez (23), un venezolano supuesto socio del novio de Angela; María Noel López Iglesias (21), cuya detención con droga en Ezeiza llevó a la captura de los demás, y Ariel Letizia, novio de María Noel y el “arrepentido” del caso que con sus declaraciones permitió armar el rompecabezas de la causa.

Angie, como se conoce a la modelo colombiana, recordó que llegó al país en diciembre de 2009 porque Gualco le había pedido casamiento en octubre y ella decidió viajar para conocer a la familia de su novio. “Yo no soy modelo, soy actriz y estaba trabajando en Televisa cuando llegué a la Argentina. Tenía un contrato allá y tenía que volver por compromisos”, y comenzó a llorar a poco de decir sus primeras palabras. Sentada junto a su novio, dijo que conoció a Monroy y a su esposa. Al principio, ambos le parecieron ser “gente buena”, pero luego se dio cuenta de que le robaron su portadocumentos como para tenerla “agarrada de algo”. Aseguró que con posterioridad empezó a notar que Gualco estaba “raro y nervioso”. Cuando ella le preguntó si estaba “en algo ilegal”, se enteró de la detención del venezolano Páez.

En ese punto, aseguró ante los jueces que su novio le pasó una especie de “guión” y le pidió que hiciera algunas llamadas diciendo determinadas cosas porque él tenía su teléfono intervenido y pensaba que había una orden de captura en su contra. “Yo no podía dejarlo solo, darle la espalda, entonces accedí”, trató de justificarse, además de afirmar que cuando intentaba saber algo más, Gualco le contestaba que no podía contarle nada porque la estaba “resguardando” a ella.

A su turno, Gualco admitió que conseguía chicas para enviar cocaína a Europa, pero desvinculó a su novia y dijo que sólo le pidió que hiciera una llamada cuando era buscado por la Justicia. La comunicación de Angie fue con su tío, Daniel Monroy, quien tenía vínculos con el narcotráfico en México. Según Gualco, ella no sabía que él estaba relacionado con el envío de drogas hasta que lo detuvieron.

La modelo había recordado que cuando a Gualco lo apresaron en Mar del Plata, su ciudad natal, ella pensó “que había estafado a alguien, no que andaba metido en drogas”. Cuando empezó a hacer averiguaciones, se enteró de que a ella también habían ordenado detenerla y por eso se fugó. Todos los imputados deben responder por el delito de “contrabando de exportación de estupefacientes en grado de tentativa”, pero sólo Angie, su novio y Páez están presos, ya que al resto se les concedió la excarcelación. Hay una séptima imputada, Micaela Sansalone (21), pero está acusada sólo por tenencia y entrega de estupefacientes.

El caso comenzó a ser investigado a partir de la detención de López Iglesias, en diciembre de 2009, en el aeropuerto de Ezeiza, con 55 kilos de cocaína que pretendía llevar a México. La joven estaba, supuestamente, acompañada por Páez. Poco después, el resto de los involucrados fueron detenidos en el barrio porteño de Núñez y en Mar del Plata. Según se dice en la causa, la modelo colombiana llegó a la Argentina el 7 de diciembre de 2009 para montar una gran organización para traficar cocaína desde la Argentina hacia Europa, vía Cancún. La detuvieron el 26 de mayo de 2010 cuando estaba escondida en un hostel en Palermo, y había cambiado su fisonomía. El abogado de Angie, Germán Delgado, dijo ante la prensa que “una jefa narco no está meses prófuga en la Argentina en una pensión de mala muerte de Palermo tomando café con pan duro”.