La mujer asesinada por su ex pareja en una casa del partido de San Martín, donde el homicida permaneció atrincherado durante unas siete horas, fue ahorcada aparentemente de manera manual, el sábado a la noche, casi 24 horas antes de que la policía encontrara su cuerpo, mientras que su hija murió de un balazo en la nuca, el domingo, después del mediodía. Así lo determinan los informes preliminares de la autopsia realizada a las dos víctimas del doble femicidio. Los peritos buscan determinar ahora si alguna de las mujeres fue abusada sexualmente o drogada antes de ser asesinada. El homicida, Pablo Peralta, será indagado hoy en los tribunales de San Martín.

El resultado preliminar de la autopsia que recibió el fiscal del caso, Fabio Cardigonde, señala que una de las mujeres llevaba casi 24 horas fallecida, aunque para determinar la data exacta de la muerte se deberán aguardar los resultados complementarios, explicaron los investigadores.

El informe dice que Silvana Eiriz, de 49 años, maestra de una escuela primaria, fue ahorcada en una de las habitaciones de la casa de Sarmiento al 5000, de San Martín, mientras que su hija Valeria Gioffre, de 23 años, fue asesinada de un balazo en la nuca. En este caso, los peritos determinaron que el homicida apoyó el arma en la nuca para disparar y asesinar a su víctima, ya que en el lugar de ingreso del proyectil quedaron marcas de pólvora. Ayer, los investigadores afirmaron que ninguna de las dos había recibido heridas de bala: no habían visto el orificio, oculto tras el cabello de Valeria.

Más allá de esto, los peritos quieren establecer si las mujeres fueron abusadas sexualmente y drogadas antes de los crímenes.

La hipótesis principal que manejan los investigadores apunta a que Eiriz fue asesinada alrededor de las 19 del sábado y que el homicida permaneció en la casa y mató a la hija de la mujer cuando la chica llegó el domingo, alrededor de las 13, junto a su novio, Emanuel Villalba, de 23 años, a quien el agresor le efectuó un tiro en el abdomen.

El joven fue operado: se le extirpó el bazo y un riñón, y su estado de salud experimentó una mejoría. Los investigadores estiman que su testimonio es clave para determinar el comportamiento del agresor: es un testigo clave del ataque contra quien era su novia. Además, puede aportar datos acerca de la relación entre Eiriz y el homicida, si había denuncias previas de violencia doméstica. Se estima que la joven fue a la casa el domingo, preocupada porque su madre no contestaba los llamados.

Hoy, en tanto, el fiscal Cardigonde indagará al detenido Peralta, alias Chicho, de 49 años, detenido en una unidad penal de San Martín.

Fuentes policiales aseguran que el hombre no había sido denunciado por violencia de género, al menos, en el Departamento Judicial de San Martín, aunque sí tenía antecedentes penales menores, uno de ellos por infracción a la ley de drogas y otro por encubrimiento. La información se contradice con la que aportó el domingo un sobrino y primo de las víctimas, quien aseguró que su tía lo había denunciado. “La violencia de este hombre era cotidiana. Es un adicto, está enfermo y varias veces agredió a mi tía”, dijo el familiar.

De todas formas, los investigadores solicitaron informes al Registro Nacional de Reincidencias y a otros departamentos judiciales para poder establecer si tenía otros antecedentes. Los vecinos afirmaron que el agresor ya no vivía más en la vivienda.

La intervención policial se hizo a partir de las 13 del domingo, cuando un llamado al 911 alertó a la comisaría local acerca de un hombre herido de bala frente a la casa de Sarmiento al 5000, de San Martín. Era el joven Emanuel, el novio de Valeria Gioffre, quien se hallaba dentro de su auto Volkswagen, con una herida en el abdomen. Fue trasladado al Hospital Thompson, de San Martín, donde permanece en estado delicado.

Al llegar al lugar, los policías fueron recibidos a los tiros por el agresor, quien se había atrincherado en la vivienda. Rodearon la manzana y negociaron durante unas siete horas con el atrincherado para que se entregara. Cuando el diálogo entró en vía muerta, decidieron irrumpir en el lugar, pasadas las 19.

Durante las negociaciones, el hombre decía que mantenía como rehenes a su ex pareja, Silvana, y a la hija de ésta, Valeria, y que estaba “jugado”. Durante todo el tiempo se negó a que las mujeres hablaran con la policía: aseguraba que no podían hablar porque estaban “drogadas” y hasta fingía diálogos con ellas para hacer creer a los policías que estaban allí con él.

Sin embargo, cuando los policías lograron ingresar en la vivienda, hallaron a las dos mujeres asesinadas y determinaron que llevaban muertas varias horas.

El jefe de la Policía Bonaerense, Hugo Matzkin, confirmó que el homicida dejó una carta en la que explicó los motivos de su decisión. Allí Peralta escribió “Mi mujer me engaña”, en la nota donde justifica lo que hizo. “La carta nos orienta a que la determinación estaba tomada desde el principio”, dijo Matzkin.

El fiscal Cardigonde, en tanto, aguarda la recuperación de Villalba para intentar tomarle declaración testimonial que pueda aportar detalles de importancia para la investigación. “Es un testimonio clave porque es quien nos puede contar qué fue lo que pasó y cómo fue la mecánica del hecho, pero todavía no sabemos cuándo podrá declarar”, dijo un investigador.