“La presencia de la mujer oxigena mucho, pero se debe preparar (...) porque no deja de ser mujer y tiene las responsabilidades de la casa, hijos, estudio”. El mensaje, retrógrado y misógino, fue dicho por quien se presentó ante los periodistas como “alguien que viene de la calle”, pero que tiene la responsabilidad de aplicar la ley –y de respetarla– como miembro del Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Chubut. La frase fue dicha por Miguel Angel Donnet, quien ya ocupó cargos importantes a nivel político y del Poder Judicial de la provincia, poco después de jurar como nuevo integrante del STJ, junto con los doctores Marcelo Guinle y Mario Vivas, para completar el cupo de seis miembros que tiene el máximo tribunal de Justicia local.

El latigazo machista lo descargó Donnet cuando, luego de la toma de posesión del cargo, le preguntaron, en conferencia de prensa, acerca de la posibilidad de que una mujer pueda llegar a integrar ese cuerpo. “No es porque esté en contra de la mujer sino porque el cupo limita”, intentó recomponer su idea el flamante ministro del STJ del Chubut. “Se los dije a las diputadas en la Legislatura: ‘¿Quieren cupo de una? Se lo firmo ya, pero dos no´”.

Donnet afirmó que le dijo a las legisladoras que a las mujeres “no les conviene el cupo” y agregó, sin cambiar de andén ni esmerarse en dar explicaciones para enmendar el exabrupto: “La participación de la mujer oxigena mucho, pero se debe preparar...”. De todos modos, casi como una dádiva, aceptó que “si hay una vacante no tengo ningún problema que venga una mujer, al contrario”, dijo como si la aprobación dependiera de su opinión personal, exclusiva y excluyente.

–¿Usted cree que hay mujeres en condiciones de llegar a este cargo?, le preguntó un periodista como si todo dependiera de Donnet.

–Sí, creo que sí, pero lo que pasa es que la mujer no deja de ser mujer (¿?) y tiene las responsabilidades de la casa, hijos, estudio. Se le hace mucho más difícil… me la está haciendo más difícil mi mujer para que yo pueda venir acá, se imagina una mujer abogada… pero hay muy buenas abogadas –fue la increíble respuesta del flamante miembro del Tribunal Superior de Justicia de Chubut.

Después de desconcertar al auditorio, Donnet, que trabajó en la justicia federal, se refirió a la “lucha” contra el narcotráfico. En ese sentido, sostuvo que “se necesita mucho de las fuerzas de seguridad provinciales y municipales, porque si no la sacamos, la droga seguirá invadiendo nuestras casas y cuando nos damos cuenta es tarde”.

Sobre el tema, casi confirmando un estilo tan polémico como poco claro, señaló: “Un hijo estudia, un día viene con pelo cambiado y al otro día ya algo le está pasando y es un riesgo permanente. Nos crea más preocupación si un hijo se va de la casa, perdés el control y deberíamos trabajar juntos municipio, provincia y nación en una lucha para que se frene primero en la frontera, que no entren más los que vienen de afuera a vendernos esta porquería”.

Minutos antes, Donnet había sido puesto en funciones por el titular del Superior Tribunal de Justicia, Jorge Pfleger, quien estuvo acompañado por el gobernador de la provincia, Mario Das Neves. Con el nombramiento de Donnet, Guinle y Vivas, se completa el cuerpo de seis integrantes que preside Pfleger y que conforman también los ministros Daniel Rebagliati Russell y Alejandro Panizzi.

Miguel Ángel Donnet nació en 1947 en Las Tunas, provincia de Santa Fe y se recibió de abogado en la Universidad Nacional del Litoral el 15 de junio de 1972. Es casado y tiene siete hijos. Una de sus hijas, la única, es abogada, pero está radicada en Córdoba y nadie sabe si su padre aprobaría, alguna vez, su designación como integrante de una corte provincial o nacional.

El nuevo ministro del STJ de Chubut fue antes asesor legal de la Obra Social de los Peones Rurales y Estibadores de la República Argentina, cargo con el que llegó a la Patagonia, donde se radicó primero en Puerto Deseado, en 1988, y en Comodoro Rivadavia desde 1990.

También fue asesor del Concejo Deliberante y presidente de la Federación de Cooperativas; juez subrogante del Consejo de la Magistratura de la Nación y juez federal durante tres años.

Antes de asumir, dijo en una entrevista: “Estoy en las postrimerías de mi profesión, en la cual tengo 43 años y es muy importante para un abogado finalizar su carrera como integrante de un Superior Tribunal. Tengo que hablar de sorpresa porque no todos llegamos a eso y me enorgullece. Lo tomo como un ejemplo a seguir por mis hijos”. Sería bueno saber la opinión de su hija abogada.