SOCIEDAD
Un cura mendocino se negó a casar a una chica con discapacidad leve
El párroco suspendió la boda un día antes, porque la joven tiene un “déficit intelectual leve”. La pareja había aprobado el curso que da la propia Iglesia y ya se había casado por civil. Al final, llamaron para la ceremonia a un pastor evangélico.
La pareja tenía todo listo para ir al altar, pero un día antes el cura suspendió la boda. “El sacerdote Jorge Torti me dijo que no me podía casar porque era enferma”, contó a Página/12, desconsolada, Paola Guardia, la chica de 26 años que no pudo casarse por iglesia por decisión del párroco de Nuestra Señora del Carmen, en la ciudad mendocina de Godoy Cruz. El sacerdote argumentó su negativa en que la chica tiene un “déficit intelectual leve”. Después de proyectar su casamiento durante meses e, incluso, de aprobar el curso de catequesis matrimonial, la pareja no pudo cumplir con el trámite religioso, aunque horas antes habían formalizado el matrimonio en el registro civil. La madre de Paola, Mabel Guardia, denunció la actitud del sacerdote como “un acto de discriminación”. Ante este episodio, el Arzobispado de Mendoza manifestó que se reuniría con la pareja. Pero el flamante matrimonio aún no recibió invitación alguna.
Paola Guardia y su novio, Martín Sosa, tenían fecha para casarse el 3 de abril. Estaban las invitaciones repartidas, la fiesta organizada y el vestido blanco terminado. Incluso, en la parroquia Nuestra Señora de Loreto les habían entregado el diploma, tras aprobar el curso de catequesis previo al casamiento. Sin embargo, el viernes 2 a la tarde, el cura Torti le informó a la pareja que no podría casarla. Ese mismo día, los jóvenes habían contraído matrimonio en el Registro Civil de Villa Hipódromo, sin ninguna objeción.
Ante la novedad, la madre de Paola se acercó a la iglesia para hablar con el párroco. “Me dijo que había visto que mi hija tenía un problema y que no los podía casar”, contó. Incluso, faltando horas para la boda, “me pidió que le llevara un certificado médico que indicara que ella estaba apta para casarse”. De acuerdo con el certificado firmado por el médico Raúl Jara, Paola tiene un “déficit intelectual leve”. Pero esta discapacidad no le impide “hacer una vida normal, hacer trámites y moverse en forma independiente”, aseguró su madre. Eso sí: “El párroco me pidió que no lo tomara como un hecho discriminatorio”, agregó Mabel.
“Estoy mal porque uno de mis sueños era casarme por iglesia, en mi vida nunca me pasó nada igual”, dijo Paola a este diario. “No puedo creer que el cura haya sido capaz de hacer una cosa así. Tanto Paola como yo teníamos muchas expectativas de casarnos por iglesia porque somos practicantes”, relató Martín, el flamante esposo, de 21 años.
Ante la imposibilidad de concretar la ceremonia, la familia de Paola decidió llamar a un pastor evangélico, que bendijo a la pareja durante la fiesta de casamiento. Luego de conocerse el episodio, difundido por un diario local, el Arzobispado de esa provincia emitió un comunicado: “Estamos plenamente conscientes de que es una situación delicada. Quisiéramos tener un diálogo respetuoso y amable con esta pareja, a fin de escucharlos y de dar todos los pasos posibles para una solución, de acuerdo con las orientaciones de la Iglesia”, dijo el sacerdote Gerardo Aguado, vicario episcopal de Pastoral.
A pesar de las palabras amables, las intenciones sólo quedaron en declaraciones. El Arzobispado también manifestó su intención de “escuchar y conversar cuanto antes con el párroco de la iglesia Nuestra Señora del Carmen, de Godoy Cruz, para tener su versión de los hechos”. Torti, por su parte, se llamó a silencio y, hasta el momento, no realizó declaraciones.
Página/12 pudo hablar con el sacerdote de la parroquia mendocina Nuestra Señora de Loreto, José Rocuso, donde los jóvenes hicieron la catequesis matrimonial. “El derecho canónico indica que se puede impedir el casamiento si hay alguna causalidad, pero no hay ninguna manifestación acerca de las personas con discapacidad”, explicó el sacerdote. Según estimó, “la discapacidad no puede ser un motivo para impedir el casamiento; habría que estudiar el caso a fondo”.
Por lo pronto, Paola no quiere “saber nada” con la Iglesia. “Después de esta discriminación, se le fueron las ganas de casarse por iglesia”, explicó su madre. En tanto, Silvia Botacauli, una amiga de la familia, denunció que en esa misma parroquia no quisieron “bendecir a mis hijosporque no estoy casada con mi esposo” y, a eso, se sumó que el cura Torti “se negó a darle la bendición al cuerpo de mi sobrino porque murió en la cárcel”.
Informe: Maricel Seeger.