SOCIEDAD

Apuñalado en un departamento de Retiro por motivos pasionales

Tenía 62 años y cuidaba a una mujer de 90. Lo mataron a puñaladas con un cuchillo Tramontina, en el departamento de la anciana. Vestía ropa interior femenina. Sospechan un crimen pasional. La mujer, única testigo del crimen, padece demencia senil.

 Por Carlos Rodríguez

Al hombre de 62 años le pegaron varias puñaladas, la mayoría a la altura del cuello, y lo dejaron maniatado, tirado en la cocina de un departamento del barrio porteño de Retiro. Lo asesinaron con un cuchillo Tramontina, un clásico del género policial, con mango de madera. El arma apareció tirada junto al cuerpo, y la única posible testigo presencial es una mujer de 90 años que padece demencia senil y a la que el hombre, podólogo y enfermero, le brindaba asistencia. A la anciana la encontraron dembulando y gimiendo por el living de la casa, como si guardara un recuerdo terrible, pero se la considera inhábil como testigo. La puerta del departamento no había sido forzada y en su escape, el autor del crimen la dejó abierta. Nada se habían robado y un detalle íntimo, develado por la monstruosidad del crimen, hace pensar a los investigadores judiciales en un hecho pasional: la víctima vestía ropa interior de mujer y según los vecinos prejuiciosos, recibía frecuentes visitas masculinas.
“Le pegaron varios puntazos en el cuello, a cinco centímetros del mentón; tenía varias heridas punzantes y algunos cortes aislados en la mejilla”, describió un investigador. El arma utilizada fue “un cuchillo de cocina de pequeñas dimensiones que fue hallado en el piso y al que se le realizan pericias para ver si tiene huellas digitales impresas”. La muerte ocurrió entre las cinco y las seis de la mañana. “Hay testigos que aportaron algunos datos que pueden servir para orientar la búsqueda del autor o los autores, pero por ahora no hay detenidos”, explicó a Página/12 la fuente judicial. “No se sabe si la mujer presenció el homicidio, pero aunque haya sido así, es poco probable que su testimonio pueda servir para identificar al autor.”
Un sobrino de la anciana, que era propietaria del departamento del quinto piso A del edificio de Cerrito 1126, informó que la mujer se llama Mercedes y que tuvo campos en Tres Arroyos, aunque después “lo perdió todo por culpa de la iglesia evangelista del pastor (Héctor) Giménez”. Fuentes policiales estimaron que el asesino “sería una sola persona” que habría entrado a la casa “con el consentimiento de la víctima, y es posible que haya sido una persona con la cual el muerto mantenía un vínculo sentimental”. El homicidio fue descubierto por una vecina que, al ver la puerta abierta del departamento, se asomó y encontró el cadáver de Angel Natalio Rojas, de 62 años, podólogo y enfermero profesional, quien estaba contratado para asistir a la anciana, que se llama Mercedes.
Rojas fue hallado muerto en la cocina y tenía las manos atadas con un cordón de plástico. La víctima vestía camisa y pantalón, pero cuando le quitaron la ropa “se comprobó que llevaba puesta lencería femenina y que se había depilado el pubis”.
Los peritos estiman que hubo un forcejeo previo a la muerte, dado que estaba rota la malla del reloj que llevaba Rojas. También se comprobó que la víctima tenía lesiones en los antebrazos, similares a las que se producen durante una pelea. La policía científica estuvo levantando distintos rastros en la escena del crimen y se llevó algunos objetos para ser analizados, sobre todo parte de la vajilla y algunas botellas, para verificar la posible presencia de huellas que lleven a la identificación del asesino.
“Lo más probable es que haya intervenido una sola persona; todavía se tiene que determinar si lo maniataron antes o después de la muerte”, explicó la fuente judicial. La anciana que era cuidada por Rojas tuvo que ser internada en el hospital Rivadavia. Omar López Sosa, sobrino de la mujer, confirmó que el hombre asesinado la asistía desde hacía cinco meses, motivo por el cual vivía con ella en la misma casa. Sosa comentó que el pastor Giménez dejó a su tía “sin propiedades y sin dinero”. El crimen es investigado por el fiscal Claudio Soca.

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Angel Rojas fue hallado muerto en la cocina y tenía las manos atadas con un cordón de plástico.
 
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