EL PAíS
Un encuentro en La Matanza que muestra una nueva alianza K
Kirchner anunció, en el estratégico partido de La Matanza, el ensanchamiento de la ruta 3. Se perfila una sociedad con Solá y Balestrini.
Por Martín Piqué
En política hay fotos que –en silencio, casi inocentes– tienen destinatarios y sentidos bien claros. Este es el caso. Néstor Kirchner compartió ayer el palco del polideportivo del Padre Mario, en González Catán, con el gobernador Felipe Solá y el intendente de La Matanza, Alberto Balestrini. Fue hasta allí para anunciar el ensanchamiento de la ruta 3, una obra que costará 52 millones de pesos y que era reclamada por Balestrini desde el comienzo de su gestión. Con este anuncio, el Gobierno lleva invertidos 220 millones en el municipio más poblado del país (con 711.191 electores habilitados según el padrón). Esa suma equivale al presupuesto anual de la comuna. “Este fenómeno no se vivió nunca, ni siquiera con Pierri”, evaluó ante Página/12 un funcionario del municipio. Tanta inversión tiene sus razones: La Matanza es estratégica para las elecciones de 2005. Y de allí saldrá uno de los candidatos a senador que impulsará el Presidente.
La visita de Kirchner había sido preparada minuciosamente por Balestrini. Había propuesto hacerlo en la calle para juntar “decenas de miles” de personas, pero el Gobierno prefirió hacerlo en un lugar cerrado. El intendente optó entonces por el polideportivo del Padre Mario, un enorme gimnasio cerrado de González Catán, donde ayer habían unas tres mil personas. A diferencia de otros actos que se hicieron en La Matanza, en el predio no habían piqueteros de las organizaciones afines al oficialismo. Aunque Balestrini informó que en poco tiempo habrá otro encuentro con desocupados, el dato fue importante porque Luis D’Elía ayer hizo declaraciones un tanto críticas para el Gobierno (ver nota aparte).
El acto sirvió también para poner en escena la sociedad Kirchner-Solá-Balestrini, que se perfila como una alianza cada vez más sólida. De hecho, el intendente dijo que Kirchner debía asumir la presidencia del justicialismo y que Solá tenía que hacer lo mismo en la provincia. “La conducción del PJ a nivel nacional tiene que ser de Kirchner, y Solá debe estar al frente del partido en Buenos Aires, porque es el único que puede organizar una lista única”, aseguró Balestrini. Esa afirmación contrasta con los deseos de otra parte del duhaldismo, que quiere adelantar las internas provinciales para que José María Díaz Bancalari o Chiche Duhalde asuman la presidencia del peronismo bonaerense. Este sector sospecha que el encumbramiento de Solá sería un primer paso para que Kirchner vaya por el control del PJ del principal distrito del país.
Pero más allá de las lecturas hacia adentro del peronismo, Kirchner aprovechó la tribuna para criticar –aunque sin nombrarla– a Elisa Carrió. Hace unas semanas, la líder del ARI lo había cuestionado por su preferencia por hacer obra pública. “Por qué no se vienen a embarrar los zapatos aquellos que se quejan y dicen que la obra pública es una cuestión secundaria o de un simple gobernador o intendente”, cargó. El Presidente también cuestionó por elevación a algunos columnistas de diarios, y se permitió cierta autocrítica, aunque no aclaró a qué errores se refería. “No hay hombres infalibles. No lo somos los que tenemos la responsabilidad de gobernar, pero tampoco lo son los que escriben como si dijeran la verdad absoluta y no tuvieran que rendir cuentas por lo que hacen”, dijo. “Acierto y me equivoco, pero me rectifico”, reconoció.
En La Matanza había bastante expectativa por ver cuál era el recibimiento que le daban a Kirchner tras una semana muy conflictiva para el Gobierno, especialmente tras la renuncia de Gustavo Beliz. “Su carisma está intacto”, aseguró Balestrini en diálogo con Página/12. Mientras Kirchner hacía su discurso, en particular cuando cuestionó a sectores de la prensa sin nombrarlos, la multitud volvió a gritar las consignas de siempre: “¡Y pegue, y pegue Kir- chner pegue!”. “Estén atentos a los medios que informan mal y los quieren confundir y no quieren que el pueblo gane la batalla por la igualdad y la justicia”, alertó el Presidente. Luego, rodeado por el clima que más le gusta, pidió apoyo para lograr un arreglo con el FMI. “Hay que hacer un buen acuerdo con el Fondo y en la lucha contra la indigencia, por la inversión, contra la corrupción”, subrayó.
El desembarco de Kirchner en González Catán significó también un apoyo a la política de cooperativas de autoconstrucción de viviendas y de tendido de red de agua que impulsa el Gobierno. González Catán queda en el fondo de La Matanza, donde según funcionarios del municipio se está produciendo “una explosión demográfica” en los últimos años. Las cooperativas están formadas por hasta 16 desocupados a los que el Ministerio de Planificación que encabeza Julio De Vido –muy cercano a Balestrini, ayer ausente por “motivos familiares”– les subsidia la compra de los materiales y los sueldos. Hace una semana, Juan Carlos Alderete, de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), denunció que los piqueteros estaban siendo usados como “mano de obra barata”. En la municipalidad de La Matanza dicen que las retribuciones van de los “300 a los 800 pesos”.