EL PAíS › EL SENADOR TERRAGNO Y LOS FONDOS RESERVADOS

“Beliz tampoco investigó”

 Por Eduardo Tagliaferro

En el 2000, cuando se desempeñaba como jefe de Gabinete del gobierno de la Alianza, Rodolfo Terragno se negó a firmar un decreto secreto que incrementaba los fondos de la SIDE en 30 millones. Siempre vinculó ese decreto con el caso de las coimas en el Senado. Desde ese momento no ha dejado de poner su lupa en los gastos que realiza el servicio de inteligencia. A pesar de no integrar la comisión bicameral que fiscaliza las actividades de los organismos de inteligencia, el senador porteño viene reclamando la aprobación de una iniciativa presentada por la Oficina Anticorrupción cuarenta y cuatro días antes de la asunción de Néstor Kirchner para monitorear y controlar el uso de fondos reservados. “Lo significativo es que pasaron 14 meses y el Ministerio de Justicia –que conducía Gustavo Beliz– no lo impulsó”, dice Terragno en esta entrevista con Página/12.
–¿Usted pidió integrar la comisión bicameral?
–No es que haya pedido integrar la comisión bicameral de manera permanente. En diciembre presenté un proyecto de ley para que se suspendiera el secreto bancario de los organismos de inteligencia al solo efecto de que una unidad especial de la Auditoría General de la Nación hiciera una evaluación de los movimientos de la SIDE en el año 2000. Esto estaba vinculado con la confesión de Mario Pontaquarto sobre el caso de los sobornos en el Senado. Yo pedía que la comisión me recibiera para tratar el proyecto.
–¿Qué suerte tuvo ese proyecto?
–En su momento la senadora Cristina Kirchner se opuso al tratamiento de esta iniciativa. Dijo que el presidente Kirchner tiene la facultad de levantar el secreto como lo había hecho en el caso de la AMIA y que haría lo mismo en este caso. Lo único que podía hacer el Presidente es autorizar a que los integrantes de la SIDE confiesen. Eso no alcanza. Yo estaba pidiendo una auditoría para que confiesen lo que no están dispuestos a confesar. El proyecto fue enviado a la Comisión de Seguridad Interior, allí fue aprobado por unanimidad. De allí fue girado a Presupuesto y luego fuera del giro original, lo pidió la comisión bicameral. En principio parecía que la comisión bicameral no tenía ningún interés en tratarlo. El día 6 de julio la comisión se reunió y resolvió que lo tratará y también aprobó mi presencia para defenderlo.
–¿Lo sorprendieron los dichos de Gustavo Beliz?
–Beliz dijo sólo una cosa nueva para mí, la referencia a los cuatro decretos secretos que habrían firmado Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner incrementando los presupuestos aprobados por el Congreso. Por eso le pedí informes al jefe de Gabinete, Alberto Fernández. El presupuesto de la SIDE del 2003 era de 138.325.000. En el 2004 se lo aumentó a 238 millones de pesos. Lo que yo quiero saber es si, por encima de esos montos, ha habido decretos reservados, secretos o decisiones administrativas del jefe de Gabinete que hayan incrementado el presupuesto de inteligencia.
–¿Para usted los dichos de Beliz son creíbles?
–No sé si es cierto lo que dice Beliz, por eso pido informes. No sería la primera vez. En el 2000 yo me negué a firmar un decreto de necesidad y urgencia que incrementaba los fondos de la SIDE en 30 millones. Le recuerdo que en 1999 el Presupuesto aprobado fue de 190 millones y se ejecutaron 291 millones. En el 2000 se aprobaron 168 millones y se utilizaron 198 millones. En el 2002 lo aprobado fue de 138 millones y se lo incrementó a 192 millones. En el 2003 se lo llevó de 138 millones a 230 millones. Estas desviaciones son autorizadas por decretos reservados. Lo que dice Beliz es que Kirchner firmó nuevos decretos.
–El oficialismo dice que el aumento denunciado por Beliz no es secreto y que fue aprobado en el presupuesto anual de la SIDE.
–Efectivamente en el Presupuesto del 2004 hay un aumento de 100 millones. Cuando digo que el Ejecutivo tiene 654 mil pesos por día para gastar sin recibo, lo estoy diciendo porque divido los 238 millones aprobados en el Presupuesto por 365 días. Tanto no me olvido del aumento presupuestario que lo prorrateo.
–La comisión bicameral dice no tener conocimiento de reasignaciones presupuestarias durante este año.
–La comisión tiene muy poca información. Entre otras cosas porque el régimen legal es bastante restrictivo en este sentido. Yo soy autor de un proyecto para transformar los gastos reservados en gastos de publicidad diferida. Hay un período de clasificación de las operaciones y de los gastos también. Cuando se levanta el secreto se tienen que conocer también los gastos y las responsabilidades. También hay otros proyectos. Digo que si cada legislador quiere imponer su proyectito finalmente no saldrá ninguno. Por eso estoy proponiendo adoptar el proyecto de la Oficina Anticorrupción. La Argentina firmó y ratificó la Convención contra la Corrupción. En el 2000 se creó un comité en cada país que ratificó la Convención. Del comité argentino participan la asociación de abogados, Poder Ciudadano y el capítulo argentino de Transparencia Internacional. Como miembro ex oficio se incorporó a la OA. En el 2003 el informe del comité reclamó medidas de transparencias sobre los gastos reservados y de inteligencia. A partir de ello se elaboró un proyecto de modificaciones que incluye la utilización de libros de contabilidad impresos por la Casa de la Moneda, prenumerados y firmados por el titular de la comisión bicameral, establece que tiene que haber recibos, que cuando tiene que crearse una sociedad de cobertura el secretario tiene que firmar un acta. La bicameral puede valerse de la AGN y de la Sigen para hacer auditorías. Esto evitaría que la SIDE se convierta en una caja negra. Este proyecto se presentó 44 días antes de que asumiera Kirchner. Lo significativo es que pasaron 14 meses y el Ministerio de Justicia tampoco lo impulso.
–¿Por qué el cuestionamiento a los fondos reservados de la SIDE son una constante en la política argentina?
–En verdad creo que nunca hubo voluntad de establecer un régimen adecuado sobre estos fondos. No hubo voluntad ni de los gobiernos ni de los partidos de oposición. En general, hasta el momento de la crisis de los partidos políticos, cuando había un régimen de alternancia, el que no era gobierno lo había sido o esperaba serlo. Los fondos discrecionales comenzaron a desarrollarse en el ’92 y son muy tentadores para quienes gobiernan. Además los funcionarios de inteligencia suelen contar con un enorme poder a partir de lo que conocen de los funcionarios de turno. Ya sea por no destapar el pasado, o bien por no privarse de recursos presentes o futuros, ya sea para financiar actividades políticas o non sanctas el sistema sigue igual.
–¿El incidente de Beliz puede ser una oportunidad de poner fin a estas prácticas?
–Creo que sí, pero hay que apurarse. Los escándalos duran poco tiempo y suelen ser tapados por otros. Tanto Pontaquarto como Beliz crearon en su momento una oportunidad para atacar este tema. Naturalmente la sensibilidad no es en todo momento propicia. Se da cuando surge una evidencia y la indignación popular se manifiesta.

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