SOCIEDAD
Un adolescente fue secuestrado en San Isidro hace cuatro días
Vive en La Horqueta. Lo secuestraron el domingo, a la hora en que Argentina jugaba contra Brasil por la Copa América, cuando junto a su madre se dirigía a misa. Primero pidieron un rescate de 500 mil pesos, pero luego negociaron por 200 mil.
Por Horacio Cecchi
Un adolescente, de 17 años, lleva cuatro días cautivo de una banda de secuestradores. El joven vive en el barrio de La Horqueta, en San Isidro, y habría sido raptado el domingo pasado cuando se dirigía a misa, a unas 15 cuadras de su casa. La banda mantuvo al menos dos contactos con la familia, reclamando primero 500 mil pesos para luego bajar a 200 mil. El caso no había trascendido porque la familia no presentó denuncia. La fiscal federal subrogante, Zulma Scofano, interviene en el caso de oficio. El hecho se mantiene en el mayor de los hermetismos.
En Colombia se los conoce como “pescadita milagrosa”. Así llaman a los secuestros que se producen cuando los fieles se dirigen o salen de las iglesias. El motivo por el que eligen esos momentos para dar el golpe es que, en general, la seguridad es escasa y la gente camina con las defensas bajas. Esto parece haber ocurrido con Fernando G., de 17 años –hijo de un médico especialista en imágenes– que el domingo por la tarde, junto a su madre, se dirigía hacia la iglesia La Merced, a unas 15 cuadras de su casa, ubicada en el barrio de La Horqueta. Al hecho habrá que agregarle otro detalle: pocos, o nadie salvo la madre, parecen haberse dado cuenta. La hora elegida tuvo mucho que ver: a Fernando lo secuestraron en el momento en que la selección argentina pateaba los penales contra la selección brasileña por la final de la Copa América.
La familia no presentó denuncia. Ayer, la fiscal Scofano admitió que actuaba de oficio. Durante la mañana, el secuestro fue confirmado por el secretario de Seguridad, Alberto Iribarne, cuando, ante preguntas del periodismo, sostuvo que existe preocupación por parte del gobierno nacional, aunque prefirió no avanzar en detalles. Iribarne sostuvo que en este o en cualquier caso de secuestro “lo más importante es privilegiar la vida de la víctima. Más que pagar o no pagar el rescate, lo importante es la vida e integridad física del secuestrado”.
Por su lado, el subsecretario de Seguridad, Ricardo Colombo, viajó hasta La Plata para analizar el caso junto a funcionarios provinciales. Ayer, además, la fiscal Scofano reconoció que los secuestradores habían mantenido contactos con la familia, aunque más tarde desmintió haberlo dicho. Desde el Ministerio de Seguridad bonaerense, voceros de León Arslanian aseguraron que “no tenemos información sobre ningún secuestro”.
De todos modos, los propios vecinos del barrio sostuvieron que el domingo por la noche les llamó la atención que por la zona daba vueltas un número poco acostumbrado de patrulleros.
Según trascendió, el hecho ocurrió alrededor de las 19, cuando un auto que las fuentes describieron sin precisión como un Volkswagen Polo encerró al Dodge Neon plateado en el que viajaban Fernando y su madre, sobre la calle José Ingenieros. Cuatro hombres armados bajaron y obligaron al chico a subir al Polo, para luego desaparecer.
Poco después, se iniciaron los llamados a la familia. Una versión sostiene que empezaron reclamando el pago de un rescate por 500 mil pesos, pero luego bajaron sus pretensiones a 200 mil. “Si bien vive en una linda casa de San Isidro, el médico no puede pagar esa cifra –confió un investigador–. Están tratando de vender un auto para juntar efectivo.”
Todo parece indicar que se trata de un caso bien planificado. Según un investigador, sospechan que se trata de una banda profesional, que ya actuó en otras ocasiones en la zona.