Sólo se sabe que hubo un asado, que se tomó mucho vino, y que tras la comilona, una pelea terminó mal, con un cadáver enterrado en el sótano de un edificio de Flores. La historia se conoció ayer, tras el hallazgo: una pala mecánica escarbó lo suficiente como para dar, bajo dos metros cúbicos de tierra, con un cuerpo, que sería el de Claudino Rojas, un albañil desaparecido desde el domingo. ¿Pero cómo se pudo saber que el muerto estaba allí, a punto de ser tapado para siempre por la propia obra en la que trabajaba? Fue el llamado del sereno de la obra, que ahora es el principal sospechoso del crimen, desde Paraguay, el que dio el dato. El hombre, refugiado ya en su tierra, dijo que la víctima fue asesinada a martillazos por otro albañil, y que él, si bien ayudó a enterrarlo en el sótano, no tuvo nada que ver.

La Policía Científica de la Federal trabajaba anoche para determinar si el cadáver corresponde a Claudino Carrera Rojas, de nacionalidad paraguaya, de 40 años, que figuraba como desaparecido desde el domingo 9 de julio.

La obra de Aranguren 3030 se levanta en el predio donde antes existía una casona, con un sótano de 10 metros de largo por seis de ancho y tres de profundidad, lo único que quedó después de la demolición para iniciar el edificio en construcción. En ese sótano fue arrojado el cuerpo del hombre asesinado, sobre el cual se arrojaron dos metros cúbicos y medio de tierra.

Durante los peritajes se encontraron diversos objetos importantes para la investigación, como una media, un buzo y un almohadón manchado con sangre. Uno de los asistentes al asado que se identificó como Nino dijo ayer que es justamente él el acusado por el sereno desde Paraguay. “Pedro –el sereno– dijo desde Paraguay que yo le había pegado el martillazo a Rojas, pero si yo hubiese sido partícipe del crimen no estaría acá”, razonó Nino. Respecto del presunto asesino, Nino dijo que se llama Pedro, que se fue a Paraguay “de un día para el otro” y que desde allí llamó para involucrarlo a él en el crimen. Nino asegura que el domingo estuvo almorzando junto a su novia y que a las 14 “apareció Rojas y como ya había comido le invitamos un trago de vino”.

Daniel Benítez, otro de los albañiles, declaró que el viernes, dos días antes del crimen, los trabajadores habían cobrado el aguinaldo y que todos sabían que Rojas tenía dinero ahorrado. “Parece que lo mataron para sacarle esa plata”, dijo. La búsqueda de Rojas se inició el lunes, cuando sus familiares hicieron una denuncia en la Comisaría 50 por averiguación de paradero. Fuentes policiales informaron que el día de la desaparición el sereno de la obra, también de nacionalidad paraguaya, viajó a ese país porque dijo que tenía a su madre enferma. El hombre al que acusó el sereno, Nino, aseguró que se enteró de que Rojas había desaparecido recién el martes a las 23.30 cuando tres familiares de la víctima llegaron a su casa buscándolo. Por el momento el hombre es sólo testigo de la causa, y no un imputado. En cambio el sereno está en problemas, aunque la policía no confirmó aún si ya ordenaron su captura.