En 2007, los alumnos de escuelas porteñas, en todos los niveles, recibirán educación sexual. Esa es la impresión que quedó tras la primera reunión que mantuvieron los diputados de la Comisión de Educación porteña con el ministro Alberto Sileoni, titular de cartera educativa de la ciudad. Hubo acuerdo en que no será una materia pero estará en forma obligatoria en la currícula de todos los niveles, desde el inicial (jardín de infantes) hasta el terciario, en forma transversal a todas las asignaturas, y en los colegios públicos y privados. Hasta los más escépticos se sorprendieron por el nivel de coincidencias entre los diputados de los distintos bloques, lo que haría posible acordar un proyecto único y aprobarlo en el curso de este año. ¿Y si el proyecto no se aprueba? “Apostamos muy fuerte a que salga la ley, que es lo mejor. Pero también decimos que de una forma u otra, va a haber educación sexual el año próximo en la ciudad”, aseguró Sileoni a Página/12.

La Legislatura retomó el tratamiento de los proyectos sobre educación sexual después del fracaso de 2004, cuando el debate se empantanó entre dos proyectos antagónicos, y de 2005, cuando el macrismo frenó todo con un artilugio para convocar a una audiencia pública. Ayer, después de dormir durante seis meses, el tema volvió al centro del debate en la Comisión de Educación, con la presencia del ministro Sileoni, promotor del encuentro. El acuerdo de todos los bloques –incluso los más conservadores– coincide con la unanimidad lograda esta semana, sobre este mismo tema, en la Cámara de Diputados de la Nación.

Tanto el ministro como los legisladores de los distintos bloques se mostraron satisfechos con el resultado de la reunión. El kirchnerista Diego Kravetz –autor junto con Ana María Suppa y Florencia Polimeni del proyecto que se debatió en 2004– estimó que el consenso logrado hasta ahora “se acerca mucho a nuestro proyecto”, que establecía la obligatoriedad de la educación sexual en escuelas públicas y privadas, desde el nivel inicial.

Lo que quedó entre paréntesis en la discusión de ayer fueron los lineamientos de los contenidos, que estaban explícitos en el proyecto original. Lo que quedó en claro, en todo caso, es que esos contenidos serán fijados por el Ministerio de Educación.

–Las escuelas religiosas reclamaban poder tener alguna participación en la elaboración de los contenidos. ¿Qué ocurrirá al respecto? –le preguntó este diario al ministro.

–En principio, deberán cumplir con el piso de contenidos obligatorios. Después de eso, podrán dar su punto de vista, pero sin mentir o falsear los conocimientos científicos. Podrán proponer la abstinencia como método anticonceptivo, por ejemplo, pero no ocultar que hay otros.

La educación sexual, acordaron los legisladores y el ministro, será gradual y se aplicará de acuerdo con el nivel de maduración correspondiente a cada edad.

Sileoni adelantó que será “obligatoria la capacitación docente” y que, además “se realizarán talleres optativos para formar a los padres en esta materia”. “Nosotros estamos pensando al hacer esta ley no solamente en la formación del individuo, sino también en algunos problemas contra los que queremos luchar, como la violencia sexual, embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual”, sintetizó el ministro.

El presidente de la Comisión de Educación, el diputado macrista Marcos Peña, destacó que “hubo consenso también en un aspecto muy importante: que se respetará y se dará libertad para que cada comunidad adapte los contenidos de acuerdo con sus creencias y valores”. Sin embargo, aclaró que habrá “contenidos básicos obligatorios que deberán respetarse en todas las escuelas, tanto de gestión pública como privada”.

Enrique Olivera, del ARI, sostuvo que el tema debería tratarse en el marco del debate sobre una Ley General de Educación para la ciudad –presentó ayer un proyecto en ese sentido–, pero adelantó que no obstaculizará el tratamiento de esta ley. El legislador, representante de las posiciones más conservadoras sobre este tema, se manifestó a favor de la “gradualidad en la aplicación de la ley”.

La kirchnerista Ana María Suppa se pronunció a favor de la inclusión en los contenidos de la perspectiva de género, “porque detrás del abuso, los embarazos no deseados y los noviazgos violentos se esconde el patrón del sometimiento de la mujer”.

Para Sileoni, por su parte, la educación sexual puede ser un elemento importante para detectar y prevenir casos de abuso sexual intrafamiliar: “La gran mayoría de los casos de abuso se provocan por familiares directos, y siete de cada diez casos no se denuncian. Por eso, lo que muchas veces el chico no puede contar en la familia tal vez lo pueda hablar con su maestra”.

La comisión volverá a reunirse dentro de quince días para continuar con el debate. Todos coinciden en que será posible esta vez acordar un despacho común, que se convierta en ley antes de fin de año.