En el triángulo comprendido por las calles Bolívar, Rivadavia y Avenida de Mayo aparece ella. Aunque por sus rincones hubo épocas de mucho ruido, es casi tan silenciosa que para la mayoría de los porteños, y no porteños, pasa inadvertida. Es posible, y hasta muy fácil, reconocer el Cabildo, la Catedral y la Casa Rosada. Sin embargo, la Casa Municipal, esa sencilla pero imponente edificación que además funciona como sede del gobierno porteño desde 1997, fue y es parte del desarrollo político y ciudadano de la ciudad de Buenos Aires. En el marco de los preparativos para el Bicentenario del país, el gobierno porteño diseñó un programa para la puesta en valor y mantenimiento del edificio municipal. Como parte de ese plan, se lanzó un libro con la historia de la construcción, cuyo objetivo es “rescatar el valor patrimonial e histórico del palacio”.

“Las ciudades hablan, nos cuentan historias, nos dicen quiénes somos y quiénes fuimos. Por eso la idea de este libro es construir una narrativa sobre la ciudad a través del palacio de gobierno”, explicó la ministra de Cultura porteña, Silvia Fajre, en la presentación del libro La Casa Municipal. Historia de la sede del Gobierno Porteño, el pasado jueves. Para la funcionaria, el libro “cumple uno de los atributos más importantes, que es el del legado patrimonial de una construcción como es la sede de la autoridad porteña”.

La publicación cuenta, a través de un interesante relato diacrónico, no sólo la historia del edificio sino también la de la misma Ciudad de Buenos Aires, vista desde la esquina de Avenida de Mayo y Bolívar. Además, pueden observarse fotografías y dibujos con los cambios que sufrió la Casa Municipal, desde el inicio del proyecto, en 1891, hasta que quedó terminada tal como se la conoce hoy, en 1914. Incluso hay planos de la evolución de la Plaza de Mayo y sus alrededores.

Para el secretario general del gobierno de la Ciudad, Raúl Fernández, quien también estuvo en la presentación que se llevó a cabo en la Casa de la Cultura, ubicada en la misma sede municipal, “uno de los objetivos es rescatar la historia porteña”. “Muchos años transcurrieron –aseguró– y es importante para los porteños el retener y recuperar la historia de los últimos cien años. Tenemos un inicio de recuperación de un emblema de nuestra ciudad como es este edificio.”

“Siempre estuvo (la sede del gobierno porteño) subsumida al poder nacional. Todos reconocen la Casa Rosada, el Cabildo, pero no esta casa. Desde nuestro lugar, estamos tratando de aportar a nuestra memoria”, aseguró.

El libro La Casa Municipal. Historia de la sede del Gobierno Porteño, fue un producto del trabajo realizado en el marco del Plan Maestro del palacio de gobierno, cuyo objetivo es “la racionalización de un programa para la puesta en valor y el mantenimiento de la construcción”, explicaron sus responsables.

“Ahora nos viene un desafío muy importante, que es acordar un proyecto público para terminar este edifico”, destacó la directora general de Relaciones con la Comunidad de la Ciudad, Sandra Castillo, sobre los trabajos que se están realizando en la sede del gobierno. Uno de ellos fue la excavación en el subsuelo, donde se encontraron botellas y vajilla de la época colonial, un diario del ’55 y placas policiales, porque en esa esquina funcionaba la antigua Casa de la Policía, en 1888. Además, los arquitectos están reparando el frente de la primera construcción, sobre Avenida de Mayo, porque presenta “los mayores deterioros por el paso del tiempo”, puntualizaron.

“La arquitectura funciona, entre otras cosas, como aquello que nos define y nos construye como sujetos”, apuntó el coordinador del Plan Maestro, el arquitecto Luis del Valle. “No todos ubican al palacio de gobierno –aseveró–. Hay que intentar reinstalarlo en la memoria colectiva como parte del Bicentenario.” Para Gustavo Brandariz, otro de los arquitectos que trabajaron en el programa de recuperación, “este libro aporta nuevos conocimientos y desde él, se incorporan al futuro cosas valiosas”.

Informe: Luciano Zampa.