La agricultura familiar, actividad en que padres junto a hijos viven de lo que producen y comercilizan el excedente, ocupa el 18 por ciento de la superficie total cultivada del país y su labor representa el 19,3 por ciento del valor bruto de la producción nacional, según el último censo nacional agropecuario. El resto de la superficie la ocupan “parques nacionales, grandes estancias, manos extranjeras y corporaciones”, relató a Página/12 Sergio Silva, productor agropecuario neuquino que llegó a Buenos Aires para participar del Foro Nacional de Agricultura Familiar que entregará hoy al secretario del área, Miguel Campos, un Plan Estratégico de Desarrollo Rural para mejorar la situación de más de 250 mil familias que viven del campo.

Silva llegó a esta capital con otros 1200 delegados de todo el país que están reunidos desde ayer en representación de 400 organizaciones del campo y 600 indígenas que integran el Foro, coordinado por la Federación Agraria.

El Plan Estratégico tiene varios ítem: la creación de un registro nacional de productores familiares, que permitirá su categorización y facilitará el acceso a todos los beneficios que el Estado prevea para ellos; la creación de un Ministerio de Asuntos Agropecuarios, Pesca y Agroindustria, con una Secretaría de Desarrollo de la Agricultura Familiar. Como transición, se propone la creación de un espacio con jerarquía no menor a una Subsecretaría de Estado con participación de organizaciones del campo.

Además prevé el fortalecimiento de las organizaciones, la reforma agraria y el establecimiento de políticas diferenciales para la agricultura familiar, entre otros puntos.

“La institucionalización de las organizaciones de la agricultura familiar es esencial”, enfatizó Silva. Gaspar Palma, de la Cámara Agraria de General Conesa de Río Negro, adhirió: “Quienes llegan al campo son las organizaciones, ellas conocen qué pasa”. Por eso “hay que fortalecerlas con equipamiento técnico y con instrucción”. Eugenio Kasalava vino de Misiones y pertenece al Movimiento Agrario. “Misiones es la provincia donde hay mayor cantidad de pequeños productores. Hay problemas con la tierra porque la gente no tiene títulos aunque habitan en ellas desde hace varias generaciones”, resaltó.

Claudia Herrera lleva dos trenzas largas. Es morena, vive cerca del Aconcagua y es miembro de la Organización de Naciones y Pueblos Indígenas y Aborígenes (Onpia). Es de la etnia huarpe. “Hay problemas con la titularización de la tierra. Nosotros tenemos una relación espriritual con ella. La madre tierra no tiene que ver con la propiedad privada.”

“La reforma agraria la queremos hacer en paz –sostuvo Gaspar Palma, de Río Negro–. Hay una lucha de poder, los de afuera que nos vienen a colonizar. En mi tierra está el lago Escondido en manos de un norteamericano.” El misionero aportó otro ejemplo: “En mi provincia, el 12 por ciento de la mejor tierra está en manos de la empresa chilena Arauca, que hace papel”. El vive en las 60 hectáreas heredadas de su padre donde cultiva yerba y té, pero reconoce que es una excepción: “Son muchas hectáreas para lo que habitualmente tiene un pequeño productor”.

Informe: M. S. Wasylyk Fedyszak.