Seguramente Blumberg no dirá nada. Gustavo Ocampo Acosta, de 63 años, y Pablo Brites Ferreira, de 30, ambos paraguayos, fallecieron al cortarse el cable que sostenía el andamio en el que trabajaban, a la altura de un noveno piso. La caída se produjo ayer, pasado el mediodía, en la obra ubicada en Marcelo T. de Alvear 1685, y Rodríguez Peña. Según fuentes de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra), la empresa a cargo de la obra es Makil SA y el responsable de la misma, Aurelio Rojas. El caso por el momento permanece en secreto de sumario. Según los cánones habituales, la calificación sería de muerte accidental. Pero si se contempla que hace un año la obra había sido denunciada ante el gobierno porteño por falta de seguridad, sería al menos dudoso reducir la caída tan sólo a un crimen del azar.

La caída ocurrió ayer, pasado el mediodía, cuando Ocampo y Brites se encontraban sobre el encofrado de madera con el que se construiría un balcón bandeja. Un tirante que sostenía la estructura de madera se rompió, lo que provocó la caída de los dos hombres. Ocampo se precipitó nueve pisos y fue a dar en la entrada de un hotel lindero y falleció en forma casi instantánea. Brites cayó hasta el balcón bandeja del primer piso de la obra, que una vez terminada tendrá 13 pisos, y fue trasladado al hospital Fernández, con politraumatismos muy graves. Alrededor de las 17, los médicos informaron que no pudieron salvarle la vida.

Intervino la comisaría 17ª y la fiscal 3 María del Carmen Dellarole. La causa está en secreto de sumario. Hasta allí, la cuestión en el plano judicial. Antes, el 18 de agosto de 2005, la Uocra presentó una denuncia ante la Dirección de Relaciones Laborales porteña por incumplimiento en la seguridad laboral. “No tenían cartel de obra, no dejaron entrar a nuestros delegados y no entregaban elementos de seguridad a los obreros. En este caso, los obreros como mínimo tendrían que haber tenido arneses de seguridad y cable de vida, que es un cable de acero que sujeta al arnés en caso de caída.”