O se equivocó el calendario o se equivocó el sol: ayer, la ciudad fue un horno poco frecuente para esta época del año. El extremo calor, que llegó a los 34 grados a las tres y media de la tarde, quebró el record de temperatura para un día de octubre y también la capacidad de muchos para controlar su transpiración. La sensación térmica hizo todo peor: llegó a un máximo de 34,8 grados. El Servicio Meteorológico Nacional prometía anoche que hoy se podría volver a respirar. Pero nada bueno auguraba para lo que queda del año: anunció que noviembre y diciembre serán algo más calurosos que el promedio habitual.

Desde hace 70 años se mantenía, intocable, la máxima histórica de 33,5 grados para este mes del año, pero la furia del sol de ayer pudo más y logró que los termómetros llegaran agobiados a los 34, según consignó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

Algunos cortes de luz en el área metropolitana encendieron la alarma: hubo falta de energía en un área del microcentro, en la zona de Corrientes y Callao, en Palermo y en Belgrano. Pero las empresas salieron a tranquilizar los ánimos. “Solo hubo algunos problemas puntuales que se solucionaron en tiempo y forma –aseguró un vocero de Edesur–. Ayer fue el record histórico de demanda para verano: se llegó a los 6732 MW a las 20. Y las redes de alta y media tensión funcionaron bien, más allá de algunos inconvenientes menores.” Desde Edenor, indicaron que en su área sólo se registró un corte temporario en la zona de Palermo.

Durante el día, el panorama en las calles de la ciudad fue agobiante. Quienes estuvieron de parabienes fueron los puestos ambulantes que normalmente se dedican a la venta de garrapiñadas y que presentaron improvisados freezers con la leyenda “helados de agua y bombón”.

“Empecé a vender helado por este calor. Lo que salió bastante bien fue el de agua, porque para el de crema la temperatura está demasiado alta. El bombón da sed, entonces la gente no lo pide en un día sofocante como hoy”, explica Héctor, de gorrita de tela de avión haciendo juego con la camiseta identificatoria de su oficio, y sentado a la sombra.

Según el SMN, la tendencia para los próximos meses será de temperaturas “levemente más altas que la media”, además de que también “subirá algo el registro de precipitaciones con respecto al promedio histórico”, informó Eduardo Piacentini, pronosticador de turno. De todas formas, también vaticinó que el calor de esta semana termina hoy, cuando la máxima será de sólo “21 grados” por la acción de “abundantes precipitaciones durante la madrugada”.

Ana Paula, cincuentona, encontró refugio bajo una planta, frente al monumento a Roca. Con una gota de transpiración que le baja por la sien, cuenta que “este clima es agobiante, no se puede estar. Complica todo, porque por ejemplo para viajar es un infierno. Yo prefiero el subte, que aunque es más caluroso, tarda menos”.

En Plaza de Mayo, en cambio, otros disfrutaron a pleno del sol y no perdieron la oportunidad de lograr un bronceado por meses perdido. Ejemplo fueron Melisa y Daiana, que con los rayos pegando a pleno conversaban sentadas en un banco. “Sí, el calor se siente, pero no es para tanto”, afirmó Daiana, y su compañera agregó: “Como hay viento, se soporta bien”.

Ni los turistas se salvaron. Natalia –una colombiana, de visita en el país– se mostró sorprendida por el clima que encontró. “Parece que agarramos los días más cálidos. La verdad es que no esperaba tanto calor en esta época”, aseveró. Los porteños, tampoco.