Martes, 12 de diciembre de 2006 | Hoy
Cuatro hombres intentaron asaltar un supermercado chino en José C. Paz. Tres eran policías. Fueron rodeados e intentaron salir escudados con rehenes. Uno fue muerto de un disparo.
Por Carlos Rodríguez
El juego del poliladron llegó muy lejos. La historia se desarrolló en un supermercado chino de la localidad bonaerense de José C. Paz. Cuatro asaltantes armados entraron al local, en la noche del domingo. Luego de amenazar con sus armas a los empleados y a los pocos clientes que había en el lugar, se apoderaron del dinero de la caja: 2500 pesos. Disconformes con la suma, despojaron de algunos valores a los particulares que habían ido a comprar y se demoraron más de la cuenta. Esto permitió que un vecino avisara al número de emergencias, el 911, y la seccional local de la Policía Bonaerense rodeó en minutos todo el perímetro. Los hasta allí ladrones a secas trataron de escapar tomando a seis rehenes y pidiendo para escapar un móvil que les era afín: querían un patrullero. Como nadie escuchaba sus reclamos, decidieron salir escudados en los rehenes. Hubo un tiroteo y uno de los delincuentes cayó muerto. Los otros se entregaron. Tres de los ladrones –incluyendo el muerto– eran policías federales en actividad de la comisaría 23ª y uno de ellos, incluso, esa noche debía estar de servicio en el barrio porteño de Palermo.
El caso recién se conoció ayer. En un comunicado, la Policía Federal confirmó que tres de los ladrones resultaron ser miembros de esa fuerza. El cabo Horacio Valdez fue quien murió en el enfrentamiento con sus pares bonaerenses. Los dos detenidos son los cabos primeros Nelson Monasterio y Angel Rodríguez. En el parte se dijo que los tres “fueron expulsados de la institución, que repudia enérgicamente su aberrante accionar”. Una vez que se estableció, en forma fehaciente, que los tres eran policías, se los exoneró, a los tres, en el caso de Valdez post mortem. La decisión fue tomada por la plana mayor de la Federal, que mantuvo una reunión considerada como “extraordinaria” para analizar lo que fue calificado en forma oficial como un “incalificable suceso”.
Sobre el cuarto hombre, el único civil, sólo se dijo anoche que tiene 28 años, que vive en la localidad bonaerense de Pilar y que tiene antecedentes penales por robo a mano armada. El asalto comenzó cerca de las 22 del domingo, cuando todo el país estaba pendiente del programa de TV Fútbol de Primera. Los cuatro ladrones entraron al supermercado Los Amigos, cuyos dueños son de nacionalidad china, ubicado en la calle Saavedra Lamas 1122. Había unos pocos empleados y un número menor de clientes recorriendo las góndolas.
Los cuatro ladrones, todos vestidos de civil, se acercaron a la caja y manifestaron sus intenciones de manera cortante, expeditiva. “No hablaron mucho, sólo nos apuntaron y nos pidieron el dinero”, comentó uno de los cajeros al ser interrogado luego por la policía provincial. Además del llamado de un vecino al número 911 de emergencias, entre los clientes se encontraba un sargento de la Policía Bonaerense, también de civil, que cumple servicios en Moreno. Cuando se identificó como tal, en lugar de disuadir a los ladrones, los puso nerviosos. En pocos minutos lograron sujetarlo y quitarle el arma reglamentaria que llevaba encima. Sólo sufrió algunos golpes, por los que fue asistido en el hospital de José C. Paz.
Los delincuentes se robaron unos 2500 pesos y algunos objetos de valor que tenían en su poder los clientes. En pocos minutos, la salida del local fue cerrada por efectivos de la comisaría segunda de José C. Paz, que llegaron a bordo de un patrullero. Al ver que no podían escapar sin riesgos, los cuatro ladrones volvieron a entrar al supermercado y mantuvieron una breve deliberación. Resolvieron atrincherarse dentro del local y tomaron como rehenes a todos los presentes, alrededor de diez personas. La situación se prolongó durante una hora.
Mientras transcurrían los minutos, la manzana se iba llenando de policías bonaerenses. Llegaron de distintas seccionales y también intervino el Grupo Halcón, incluyendo a un negociador que intentó persuadir a los ladrones para que se entregaran sin abrir fuego. Los cuatro pidieron un patrullero para escapar y la presencia de un fiscal que garantizara la fuga. Como el trato no avanzaba, los cuatro resolvieron salir a todo o nada, escudados en seis de los rehenes. El tiroteo fue breve y un balazo puso fin a la carrera delictiva del cabo Horacio Alberto Valdez. Los otros tres resolvieron entregarse y dejaron en libertad a los rehenes, que por unos instantes habían quedado en medio de un tiroteo que pudo tener gravísimas consecuencias.
En un hospital zonal, al que llegó todavía con vida, Valdez fue identificado como policía, pero recién ayer por la mañana se confirmó la identidad de sus otros dos colegas. En poder de los detenidos encontraron un revólver calibre 38, tres pistolas 9 milímetros, entre ellas la que le habían robado al agente de la Bonaerense que estaba en el supermercado, y un elemento inquietante: una picana eléctrica manual. En el caso interviene el fiscal de San Martín Rubén Moreno.
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