Después de que las autoridades dijeron hasta el cansancio que el radar de Ezeiza es seguro y funciona con normalidad, la Fuerza Aérea resolvió el lunes último sacarlo de servicio, por cuatro días, para realizar tareas de mantenimiento. El detonante fue un incidente producido ese día en la Central de Control Aéreo de Ezeiza donde, según denunciaron los controladores, un grupo de militares y civiles los habría presionado para que dejaran de operar en forma manual –como lo venían haciendo, ya que no confían en la normal operatividad del radar– y terminar de esa forma con un factor que genera demoras en los vuelos. Fue en medio de esa discusión que el radar volvió a fallar. Y que uno de los controladores sufrió una descompensación y tuvo que recibir atención médica. Una hora después, el radar salía de servicio, esta vez en forma programada, para una nueva puesta a punto. Ayer, el Ministerio de Defensa acordó con una empresa española el alquiler de un radar (y no dos, como pidió el Presidente), que estará funcionando en Ezeiza en sesenta días.

“No se provee servicio control radar, se provee servicio control no radar por mantenimiento”, dice, en lenguaje telegráfico, uno de los avisos que aparecen en la planilla notam que, en la jerga aeronáutica, es la hoja de novedades que reciben los pilotos antes de subir al avión, junto con el parte meteorológico. Se trata del “Aviso Fir Ezeiza A1219/2007” (ver facsímil), incluido en el reporte que elabora la Fuerza Aérea para todos los usuarios del espacio aéreo local: ese parte fue recibido el lunes a la noche por todos los comandantes que volaban hacia Ezeiza y todos los que salían desde ese aeropuerto.

La interrupción del servicio de radar se produjo, según la nota, a las 23.25 de Greenwich, o sea a las 20.25 de Buenos Aires, y se extenderá hasta la medianoche (GTM) del viernes próximo, es decir, las 21 local. Notam es la abreviación de notice to airman, noticias para los hombres de vuelo.

La decisión se tomó poco después de que un grupo de jefes militares y civiles de los operadores de control aéreo se hicieran presentes en la central de Ezeiza, en un intento por convencer a los controladores para que dejen de operar el sistema en forma manual y lo hagan a través del radar, como una forma de reducir las demoras en los vuelos. “Hubo mucha presión sobre los controladores”, denunció el titular de la asociación que nuclea a los operadores, César Salas. Una de las personas que asistió era una profesora del centro de capacitación, quien por la tarde había sido recibida por la ministra de Defensa, Nilda Garré, junto a otros jefes y operadores del sector.

Por la noche, la ministra se presentó en un programa de TV por cable para rechazar las denuncias del ex piloto y actual director de cine Enrique Piñeyro. Por entonces, la Fuerza Aérea estaba sacando de servicio el equipo para someterlo a tareas de mantenimiento. “No lo puedo creer, a la misma hora en que la ministra decía que no tenía la más mínima duda sobre el buen funcionamiento del radar, ya lo habían parado para mantenimiento. Le siguen mintiendo a la gente”, dijo Piñeyro a Página/12.

La nueva salida de servicio del radar no fue comunicada al público, sino notificada a los pilotos, que fueron quienes la dieron a conocer.

Ayer, desde el ministerio se prefirió no hacer comentarios sobre este tema. “La información va a ser suministrada por la Fuerza Aérea”, dijeron los voceros. Prefirieron hacer hincapié en el acuerdo con la empresa española Indra, para el alquiler de uno de los radares que ordenó instalar el presidente Néstor Kirchner el viernes último. La misma empresa reemplazará las consolas de la Central de Control Aéreo de Ezeiza, en cuyas pantallas los controladores detectan las imágenes emitidas por el radar, una medida que fue decidida el viernes último, tal como informó Página/12.

Aunque las autoridades aseguraban que el radar funcionaba correctamente, los controladores decidieron operar en forma manual debido a que, según denunciaron, se produjeron numerosas fallas desde que el equipo fue rehabilitado. El radar había sido afectado por un rayo el 1º de marzo; estuvo seis días sin funcionar y cuando lo repararon, volvió a fallar a las 24 horas. Desde entonces –el jueves 8 de marzo– los controladores utilizan el control radar, pero operan el sistema mediante comunicaciones radiales con el comandante de cada nave. Esto hace que la separación entre aterrizajes y despegues no sea de dos minutos promedio, como permite el radar, sino de seis a diez minutos. “Eso es lo que garantiza que si ante un desperfecto del sistema, el operador deja de ver en su pantalla los diez o doce aviones que está monitoreando en determinado momento, los pueda seguir controlando mediante la comunicación”, explicó Salas a este diario.

Ayer, el Ministerio de Defensa no informó cuál sería el costo del alquiler del radar, que será armado en España e instalado en Ezeiza en unos sesenta días. Tampoco se explicó por qué se resolvió alquilar uno y no dos, como había ordenado el Presidente. Lo cierto es que el equipo estaría funcionando en mayo o junio, mientras que para antes de fin de año se espera que esté terminado el primer radar que construye el Invap, sociedad del Estado de la provincia de Río Negro contratada por Defensa.

Otro capítulo es el de los radares 3D, para cuya compra cerró ayer la licitación. Estos equipos no están destinados al control de los vuelos comerciales sino de los clandestinos, dedicados al contrabando y el narcotráfico (ver recuadro).