La decisión de la Corte Suprema de dolarizar los depósitos judiciales tendrá un impacto negativo en algunos de los principales bancos. El fallo del máximo tribunal les ordenó la devolución de aquellas colocaciones en billetes verdes o al tipo de cambio actual, cargo que caerá sobre las espaldas de las instituciones. Las entidades financieras más perjudicadas son estatales. El mayor quebranto lo tendrá el Banco Ciudad de Buenos Aires, que tendrá que devolver 590 millones de dólares. Equivale a la mitad de los depósitos judiciales dolarizados, que totalizan 1150 millones.

El segundo puesto en el ranking lo ocupa el Banco Nación, que deberá hacer frente a unos 200 millones de dólares. El Banco de la Provincia de Buenos Aires sigue en la lista, con 180 millones, y tras él se ubica el Galicia, con 65 millones. Los restantes 135 millones pertenecen a otras entidades provinciales. El Nuevo Banco de Santa Fe encabeza ese grupo con alrededor de 50 millones de dólares.

Fuentes de la city porteña consultadas por Página/12 estimaron que el bache que el fallo de la Corte Suprema dejará en el balance del Banco Ciudad, el más perjudicado de todos, rondará los 400 millones de pesos. Tanto desde esa entidad como desde el Banco Central salieron a tranquilizar a los clientes. “El banco está sólido y podrá hacer frente sin problemas a la requisitoria de los jueces”, coincidieron fuentes oficiales consultadas por este diario.

Hasta anoche no estaba decidido si la autoridad monetaria les dará un plan especial a las entidades involucradas para pasar a pérdida los quebrantos originados por la sentencia. Algunos bancos, como el Ciudad, ya habían previsionado buena parte de los depósitos judiciales, adelantándose a un eventual fallo dolarizador, que finalmente ocurrió. En el caso de la entidad municipal se habían pasado a pérdida entre 2,20 y 2,50 pesos por dólar depositado judicialmente en moneda extranjera. Esa decisión evitó que el golpe fuera mayor.

Financistas consultados por Página/12 minimizaron la cuestión argumentando que las entidades están pasando por su mejor momento desde la salida de la crisis, con ganancias record. Sin embargo, no habría que descartar una política crediticia más prudente por parte de los involucrados. En cada caso dependerá de la forma en que se administren los quebrantos. Con los amparos para saltar el corralito, el Central autorizó prorratear las pérdidas a lo largo de cinco años, lo que mejoró los balances de los bancos.

El caso de los depósitos judiciales, no obstante, parece diferente. En 2002, el propio BC excluyó esas colocaciones de las normas del corralito. De hecho, quedaron al margen de la pesificación a 1,40 más el CER aplicados al resto de los depósitos bancarios. En los últimos cinco años hubo distintos fallos judiciales contrarios a los bancos que pretendieron pesificar la devolución de un depósito judicial. Esos magistrados, al igual que ayer la Corte, sentenciaron que era impropio aplicar una pérdida a los clientes que habían sido obligados a inmovilizar sus fondos en un banco que ni siquiera habían elegido.