Martes, 10 de abril de 2007 | Hoy
SOCIEDAD › UNA ESCUCHA COMPROMETE A POLICIAS CON LA TRATA
La pesquisa por una chica desaparecida en Río Negro derivó en la investigación de la relación policial con la red de trata.
–¿Sabés qué? Tengo que llevar a una chica para fichar, loco –dijo el cafishio.
–¿Cómo está (la chica)? –contestó el oficial de guardia.
–Está rebuena.
–Uy, qué los parió. Esperá... Le preguntamos al subco.
La investigación por la desaparición de una joven de Río Negro, que habría sido secuestrada y reclutada por una red de trata, dio con una pista que revela la connivencia entre los proxenetas y la policía, que en este caso se encargaba de “blanquear” chicas menores de 18 años, proveyéndoles una nueva identidad adulta. Una escucha telefónica dispuesta por la jueza María del Carmen García García descubrió este modus operandi. Aunque esta conversación involucra a una comisaría de Choele Choel, la Justicia decidió investigar a toda la policía provincial.
Este fragmento de la conversación le alcanzó a García García, titular del Juzgado Penal 21, para pedir la apertura de una causa que investigue el papel que juega la policía rionegrina en el accionar de las redes de trata de personas, que reclutan a adolescentes y mujeres de todo el país para el circuito de la prostitución. La magistrada Marisa Bosco, del Juzgado Penal 30 de Choele Choel –que en este momento se encuentra de licencia– sería la encargada de desentrañar esta conexión, tomando como base la escucha telefónica dada a conocer ayer por el diario Río Negro.
Esta prueba fue hallada en la búsqueda de Otoño Uriarte. La joven, de 16 años, desapareció el 23 de octubre de 2006 cuando regresaba de noche a su casa, una chacra de la localidad de Fernández Oro, cercana a la ciudad de Cipolletti. La hipótesis de que la chica haya sido secuestrada por una red de trata llevó a la jueza a investigar el cabaret y dar así, indirectamente, con esta trama.
La conversación entre el proxeneta y el agente de la comisaría 8ª continúa de este modo:
–¿Todo al pelo por allá? –dice el policía.
–Sí, todo muy tranquilo... acá estoy acostado con las chicas –responde el mandamás del burdel.
–Qué envidia que te tengo. ¿Cómo es que estás acostado con las chicas?
–Saluden chicas... (se oyen voces femeninas y el policía se ríe).
–¿Y de dónde es la piba nueva?
–De La Pampa.
–¿Cuántos años tiene?
–Acaba de cumplir quince recién...
–¿De qué? ¡De ancho! Che ¿todo al pelo?
–Sí, todo tranquilo loco.
–Tengo que ir por allá y tomar unos mates y charlar con vos un rato...
–Y... pero como andás hecho un chip...
–Che. Traétela entonces.
–Bueno
–¿La traés enseguida?
–Dentro de un ratito.
–¿Diez minutos?
–Diez o quince minutos. Esperá que atiendo acá una cuestión que tengo y ya voy.
–Listo, nos vemos. Traela nomás, no te hagas problemas
–Bueno loco, nos vemos entonces –responde el proxeneta.
El abogado de la familia Uriarte, Sebastián Nolivo, confirmó la existencia de la escucha telefónica en la causa. “Se estaría hablando de una red de trata en la que estaría involucrada la policía”, explicó.
Mientras aguarda la definición de la jueza Bosco con respecto a su solicitud, la jueza García García resolvió el cambio de carátula de la causa Uriarte de “averiguación de paradero” a “privación ilegítima de la libertad”, una medida reclamada desde hace cinco meses por la familia de la joven. “Ahora el caso tendrá la importancia que se merece”, destacó el letrado. Esta disposición estuvo motivada por la aparición del celular de la chica, hallado en cercanías del lugar donde se la vio por última vez.
La Procuración General de Río Negro resolvió separar de la causa al fiscal Oscar Cid, acusado por García García de no investigar la conexión entre los policía y proxenetas.
Informe: Elisabet Contrera
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