“Los visitantes deben estar alerta por los ladrones, carteristas y timadores, tanto en la calle como en lobbies de hoteles”; “los locales suelen ignorar las leyes de tránsito y los vehículos viajan a menudo a velocidad excesiva” y “los secuestros express siguen ocurriendo”. Así es la imagen que el Departamento de Estado de Estados Unidos les pinta a sus ciudadanos sobre Argentina, en la actualización del reporte que ese organismo realiza para brindar información a los habitantes norteamericanos que tengan que viajar hacia aquí y publica en la página www.travel.sta te.gov. Conocidas las recomendaciones, el canciller Jorge Taiana calificó de “inadmisible” el texto, aseveró que sus apreciaciones “en nada agradan al gobierno argentino” y convocó al embajador de ese país, Earl Anthony Wayne, para transmitirle su “desagrado” por el duro documento.

“El Departamento de Estado de los Estados Unidos, con el propósito de informar a sus conciudadanos que viajan al exterior, se arroga la sorprendente capacidad de juzgar sociedades”, señala Taiana en el comunicado oficial que distribuyó Cancillería. Y continúa: “Si bien el informe para el caso argentino reitera esencialmente el del año anterior, resulta inadmisible la continuidad de caracterizaciones que no responden a la realidad –tal como lo demuestra el aumento de turistas norteamericanos y de otros países a la Argentina– y que, en nuestra opinión, constituyen apreciaciones que generan alarmas injustificadas”.

El informe del Departamento de Estado, actualizado el lunes pasado, hace hincapié a lo largo de todo su desarrollo en la supuesta inseguridad existente en Argentina y alerta en forma reiterada al respecto a los ciudadanos estadounidenses. “Argentina es una nación de ingreso medio que sufrió una severa crisis económica en 2001/2002. El país ha tenido una importante recuperación, que ha traído también un aumento del crimen callejero”, reza en su comienzo el texto, como introducción a las indicaciones.

“En las grandes ciudades, especialmente Buenos Aires y Mendoza, el crimen callejero es un problema para residentes y turistas”, insiste el documento, que luego describe: “Los delincuentes generalmente trabajan en grupo y debe asumirse que van armados”. En otro párrafo, en el Departamento de Estado demuestran estar al tanto de algunos de los mitos urbanos de la Capital. Allí describen a “los mostaceros”, ladrones que utilizan como técnica “ensuciar a la víctima” para que luego “un cómplice se ofrezca a limpiar la ropa (del ocasional perjudicado) y allí se produce el robo”.

Además, reitera la mención del año último sobre la actuación de grupos “extremistas” que apoyan financieramente el terrorismo en la zona de la Triple Frontera, que en su comunicado oficial Taiana desmiente: “Esas consideraciones no se condicen con la realidad, tal como ha quedado en evidencia en la última reunión del Mecanismo Tripartito más Estados Unidos” realizada en diciembre de 2006 en Buenos Aires.

Terminada la exhaustiva guía de la delincuencia argentina, el documento aborda el tema del tránsito con el mismo cariz apocalíptico que la temática anterior. Lo hace desde el apartado “seguridad en el tráfico” y rápidamente marca que “los accidentes de tránsito son la primera amenaza a la vida” en este país y aconseja que “los peatones y conductores (norteamericanos) deben ser cautos, pues los residentes suelen ignorar las leyes de tránsito y los vehículos viajan a menudo a velocidad excesiva”. Aclara también que “manejar en Argentina es generalmente más peligroso que hacerlo en Estados Unidos” y, para cobrar aún más fuerza, el texto resalta que Argentina “reportó en 2006 unas 7500 muertes” por accidentes vehiculares.

Pese a las críticas descripciones, el documento mantiene siempre el formato de servicio, ya que en cada caso menciona los consejos para evitar los problemas y hasta brinda en cada temática la posibilidad de acceder directamente a través de un link a la página oficial de los organismos argentinos relacionados.

En el apartado de seguridad, el texto explica que “las protestas (callejeras) son muy comunes en Buenos Aires y otras ciudades importantes” y que “los manifestantes bloquean calles y autopistas causando embotellamientos y demoras en la circulación. Agrega que “usualmente no son violentas” y que “a veces se realizan frente a la Embajada de los Estados Unidos o ante sucursales de locales de origen norteamericano”. El consejo para enfrentar estas situaciones es “usar el sentido común y evitar en esos casos las multitudes reunidas para protestar”.