El Banco Central dio un nuevo paso en su intento por frenar la presión bajista del dólar. De ahora en más, los exportadores deberán prefinanciar sus ventas con entidades financieras de manera obligatoria. La medida está dirigida a las grandes compañías extranjeras que, en general, venían tomando créditos dolarizados desde sus casas matrices y presionaban sobre el tipo de cambio. Ayer, el dólar se mantuvo en 3,10 pesos para la venta en las casas de cambio, pero tuvo un pequeño salto en el segmento mayorista, de medio centavo, a 3,0820 pesos. Las reservas crecieron en otros 90 millones y ya se encuentran en 40.184 millones de dólares.

En los últimos diez días, el Central reforzó la defensa del tipo de cambio. A las fuertes compras de billetes verdes que realiza en forma diaria les sumó dos nuevas medidas. La primera flexibilizó el envío de divisas al exterior al eliminar el permiso que había que tramitar ante la autoridad monetaria. Ahora añadió otra iniciativa: que la prefinanciación de exportaciones se realice a través de entidades financieras.

El Banco Central había detectado que multinacionales exportadoras traían divisas desde sus casas matrices. De hecho, durante el primer trimestre del año, la liquidación de dólares en la ventanilla de Reconquista 266 fue superior al total de las exportaciones. El desfase superó los 1200 millones de dólares. A este desequilibrio también contribuyó el hecho de que las petroleras y mineras, que no tienen obligación de traer las divisas, lo están haciendo. En el Central interpretan que los grandes conglomerados apuestan a una revaluación del peso frente al dólar.

La nueva medida tuvo impacto en el mercado, con una suba del dólar en el mercado mayorista. La idea es que las compañías que traían las divisas desde afuera se abastezcan de pesos en los bancos locales, quitándole presión al mercado cambiario. No obstante, la comunicación “A” 4672 también permite que las exportaciones se financien con entidades financieras extranjeras, algo poco probable según analizaban en las compañías consultadas por este diario.

Lo que queda claro es que, en medio de la lluvia de dólares por la liquidación de la cosecha gruesa, el BC sigue desmantelando, de manera muy gradual, los controles cambiarios impuestos con la crisis. En el Central no quieren que la avalancha de divisas perjudique el tipo de cambio competitivo, tal como está sucediendo en Brasil. Economía, en tanto, se comprometió a ayudar. Felisa Miceli aseguró ayer que, durante el primer trimestre del año, el Tesoro, a través del superávit fiscal, adquirió un 56 por ciento más de dólares que el año pasado y que continuará dándole una mano a Martín Redrado. De todas formas, el monto luce exiguo: 619 millones de dólares frente a 3736 millones absorbidos por el Central.