En medio de un conflicto que ayer tuvo su pico más agudo, la Universidad de Buenos Aires (UBA) designó a los nuevos rectores de sus colegios preuniversitarios. Alumnos, docentes y no docentes que reclamaban la “democratización” de sus instituciones se agolparon a la mañana en la entrada del rectorado, sobre Viamonte al 400, y lograron suspender la reunión del Consejo Superior que debía nombrar a las autoridades. Una hora y media después, el rector de la UBA, Rubén Hallú, resolvió ad referéndum del consejo que Juan Carlos Viegas será desde el lunes rector de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini. Y que la profesora Virginia González Gass será la primera mujer en conducir el centenario Colegio Nacional de Buenos Aires. Al enterarse, los alumnos tomaron los edificios en muestra de disconformidad.

Un poco antes de las 9, Hallú intentó ingresar al rectorado, pero un grupo de estudiantes de los dos colegios le salió al cruce y lo increpó: “¿Por qué se niega a elegir lo que queremos los estudiantes y docentes?”. Luego, el rector respondió que eran “activistas del Partido Obrero. No se puede impedir la sesión, hay grupos que les enseñan a los chicos a hacer las cosas como no corresponde”. Un rato después del incidente, cerca de 200 adolescentes, profesores y no docentes, apoyados por representantes de la Conadu Histórica y la FUBA, cantaban con euforia: “Me parece que en mayo no eligen rector, porque viene la democratización”.

La alegría de los estudiantes por haber logrado suspender el encuentro del consejo que dirige la UBA se vio empañada una hora y media más tarde, cuando supieron que Hallú había nombrado a la vicerrectora del turno tarde del Nacional de Buenos Aires, Virginia González Gass, y a Viegas, ex vicedecano de Ciencias Económicas, en el Pellegrini, reemplazando respectivamente a Horacio Sanguine-tti y a Abraham Gak. La resolución de ayer (que deberá ser tratada en la próxima sesión del consejo) redujo el mandato de los rectores a cuatro años (hasta ahora era de 7) y los limitó a una sola reelección.

Como respuesta, los alumnos se reunieron en asamblea y ahí surgieron las tomas. El Pellegrini fue ocupado “hasta la finalización del último turno. Hasta que no se vuelva atrás con esta decisión trucha vamos a estar en asamblea. A la mañana vamos a discutir otra vez qué medida tomamos”, según contó el presidente del centro de estudiantes, Julián Asiner. “Nosotros queremos que se abra el canal de diálogo otra vez. Como están las cosas se hace muy difícil”, agregó. En el Buenos Aires la situación no fue distinta. Los alumnos también empujaron la toma y se declararon en estado de asamblea permanente para discutir en comisiones cómo seguir con el conflicto. “No estamos tomando el colegio por la persona que se eligió, sino por el método de la elección”, aseguró Mariano González King, a cargo de la presidencia del centro estudiantil.

El fondo del conflicto es la “democratización” de los espacios de gobierno de las escuelas que reclaman alumnos y grupos de profesores y no docentes. Piden la reforma del estatuto, la creación de un consejo directivo parecido al que tienen las facultades y la estabilización laboral de los docentes, ya que más del 80 por ciento de la planta ejerce la profesión desde cargos interinos. En el Pellegrini, además, se añade la resistencia de sectores de los padres y alumnos ante el avance de Ciencias Económicas sobre el perfil de la escuela, en defensa del proyecto desarrollado por Gak en los últimos 14 años.

De 1964 a esta parte, el rector de la UBA era quien definía “a dedo” a los conductores de los colegios. Después de mantener reuniones con padres y alumnos, y para evitar una elección como la que lo llevó a conducir la UBA en diciembre, Hallú anunció que esta vez el proceso se haría a través de la presentación de proyectos y candidaturas ante el Consejo Superior, escuchando todas las opiniones. Pero algunos docentes creen que el diálogo nunca existió. “No hubo un intercambio de opiniones porque nos dieron 15 minutos para que expliquemos nuestra postura, pero no recibimos ninguna respuesta”, sostuvo frente al rectorado Silvia, una docente del Pellegrini. “Desde el viernes están amenazando con que los rectores se van a nombrar sí o sí. Tuvimos una reunión el jueves con uno de los secretarios de Hallú y nos dijo explícitamente que si tenían que imponer los nombres de los rectores en un sótano, lo iban a hacer.”