Se aprobó en Estados Unidos una píldora anticonceptiva de uso diario que impide no sólo la ovulación, sino también la menstruación. El fármaco podría ser una bendición para mujeres a quienes el período les ocasiona molestias excesivas. De todos modos, para el 41 por ciento de las usuarias presenta el inconveniente de causar sangrados inesperados. Ginecólogos argentinos expresaron la polémica que el nuevo producto genera en la comunidad médica internacional: “Muchas mujeres quisieran no tener la menstruación y recibirían contentas un anticonceptivo así”, según una profesional. O bien: “Estos anticonceptivos que se oponen a lo fisiológico terminan dando disgustos”, según otro especialista. Es cierto también que, al no menstruar, la mujer carecería de un indicio inmediato en caso de quedar embarazada, lo cual, con anticonceptivos hormonales, es altísimamente improbable pero no imposible.

La FDA (Food & Drug Administration) de Estados Unidos aprobó “el primer producto de uso continuo para prevención del embarazo”. El nuevo producto, denominado Lybrel y fabricado por laboratorios Wyeth, se toma en todos los días del ciclo; “contiene 90 microgramos de una progesterona llamada levonorgestrel y 20 microgramos de un estrógeno, etinil estradiol”, precisó la FDA y señaló que ambos productos “son ingredientes activos de otros anticonceptivos orales ya aprobados”. Según advirtió la FDA, “las mujeres que usan Lybrel no experimentan la menstruación periódica, pero tienen probabilidad de padecer sangrados imprevistos”.

El fármaco se probó mediante estudios clínicos de un año, que incluyeron más de 2400 mujeres de entre 18 y 49 años. “La ocurrencia de pérdidas o sangrados imprevistos decreció, a lo largo del tiempo del estudio, en la mayoría de las mujeres; en el último mes, el 59 por ciento de las mujeres no tuvo sangrados”, contabilizó la FDA.

La entidad observó también que “como las usuarias de Lybrel no van a tener sus períodos regulares, puede serles difícil reconocer si han quedado embarazadas sin recurrir a un test”. Por lo demás, “los riesgos del Lybrel son similares a los de los demás anticonceptivos orales: posibilidad de coágulos sanguíneos, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, incrementados si la mujer fuma”.

En Estados Unidos, Vanessa Cullins, de la Federación de Paternidad Planificada, dio “la bienvenida” al producto, que “puede beneficiar a las mujeres que en la menstruación sufren dolores de cabeza, náuseas y otros síntomas”. En cambio, Jean Elson, de la Universidad de New Hampshire, observó que “para la mayoría, la menstruación es un evento normal: ¿por qué medicarla, si no estamos seguros de los efectos a largo plazo?”.

En la Argentina, Silvina Witis –integrante de la Primera Cátedra de Ginecología del Clínicas y jefa de ginecología de la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer– comentó que “una indicación sería para mujeres con anemia por excesivo sangrado menstrual; pero, además, muchas mujeres no quisieran tener la menstruación, y algunas se sienten muy cómodas con un dispositivo intrauterino que tiene el efecto de suprimirla”.

Carlos Nagle –director del Centro de Investigaciones en Reproducción Humana y Experimental del Cemic– observó que “los anticonceptivos orales ya en uso contienen dosis mucho menores: por ejemplo, 40 a 50 microgramos de levonorgestrel y 15 microgramos de estradiol: al utilizar dosis mayores y no interrumpir, la menstruación se suprime; los anticonceptivos inyectables y los implantes subcutáneos producen el mismo efecto por varios meses. Pero todos estos anticonceptivos que se oponen a lo fisiológico terminan dando disgustos, porque la mujer suele tener pérdidas o no sentirse bien”.