Los pabellones se calentaron. En la cárcel de Devoto, los presos comenzaron ayer una protesta con la que buscan llamar la atención de la Subsecretaría de Asuntos Penitenciarios, a cargo de Federico Ramos, para lograr respuestas a los reclamos que realizan hace ya siete meses por vías institucionales. La queja de los 1800 hombres detenidos en la unidad se expresó ayer con una serie de batucadas planificadas que prenuncian un “posible endurecimiento de nuestra pelea ante la sorda actitud de los funcionarios”, según le contó a Página/12 uno de los artífices de la rebeldía carcelaria. A las seis, a las nueve y a las doce de la noche se escuchó un retumbar incesante en los alrededores del penal. La ruidosa crítica de los detenidos se lanzó tras la publicación de los reclamos en la columna que el escritor Osvaldo Bayer publicó en este diario el último sábado.

Los presos redactaron un petitorio que intenta que se reformen los reglamentos de la Ley de la Pena Privativa de la libertad, un reclamo que ya cumplió siete años. El año pasado, en noviembre, los hombres de Devoto habían realizado una huelga de hambre que se levantó cuando se firmó un acta compromiso con el Ministerio de Justicia de la Nación, el área presidencial que administra el sistema carcelario federal. Por parte del Estado, quien firmó ese documento fue el criticado Ramos, un joven abogado que fue asesor del ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian.

En la cárcel circula desde hace una semana un documento elaborado por un grupo de internos que cursan sus estudios en el Centro Universitario de Devoto en el que se advierte: “En las cárceles argentinas, y particularmente en el penal de Villa Devoto, se respira un clima de conflicto en ciernes. El clima de descontento y tensión, fácilmente imaginable en un ambiente de encierro y privaciones, se ve aumentado en estos días por causas relacionadas con –una vez más– promesas incumplidas y leyes que no se aplican”.

“Destacamos –dicen los presos– que el pliego de reclamos y el proyecto de reforma reglamentaria constituye una respuesta superadora del actual estado de cosas.” Los líderes de la protesta destacan que “el descontento imperante entre los hombres privados de libertad viene en aumento, habida cuenta de la repetida escena de protestas y promesas que desde hace años arrastra la cuestión carcelaria en la Argentina”. “Por lo que se observa muros adentro no se vislumbran horizontes de solución de parte del organismo que deba ocuparse de ello. De tal manera no será de extrañar que en las próximas semanas algo que sacuda el ritmo cotidiano de los noticieros tenga lugar tras los muros de las cárceles”, advierten.