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La Justicia allanó ayer cinco centros de pago del Banco Banex en los que supuestamente les pagaban a los jubilados con billetes falsos. La causa se originó hace un año por una denuncia del propio banco. En estos meses, el juzgado federal de Jorge Ballestero acumuló en total una veintena de casos similares. Pero en los allanamientos se encontró apenas un billete falso y era de veinte pesos. El magistrado, además, dispuso demorar a ocho cajeros y tres gerentes por averiguación de antecedentes. Para la gerencia del Banex, la investigación tiene costados oscuros. El banco es propiedad del Banco de la Provincia de San Luis, cuyo gobernador se encuentra en plena campaña. “No quiero pensar en términos conspirativos pero...”, le decía ayer a Página/12 el gerente general de la entidad, Gabriel Coqueugniot.
La historia de los billetes falsos a jubilados comenzó hace un año. El juzgado federal recibió a un miembro del Banex que se presentaba como querellante. En aquel momento, la gerencia había recibido denuncias de varios jubilados contra una sucursal de Palermo. En todos los casos, los damnificados aseguraban que los cajeros les habían pagado la mensualidad con billetes falsos. Por distintos tipos de control y pruebas con visores, el Banex estaba convencido de que los billetes no habían sido pagados por el banco. Y abrieron una causa pidiendo que se investigara la procedencia, origen y el camino que hacían las tandas de esos billetes.
A lo largo de este año, en el juzgado de Ballestero se acumularon veinte denuncias, diez de ellas del propio Banex y el resto, hechas por los damnificados. En ellas acusaban al banco de entregarles billetes falsos y denunciaban a los cajeros de las cinco sucursales que fueron allanadas ayer: Palermo, Caballito, Flores, Lanús y Lomas del Mirador. Entre el cúmulo de denuncias, el juzgado encontró casos patéticos: “Las maniobras eran terribles, si hasta una vez le dieron hasta 1100 pesos falsos a una pobre mujer”, decía ayer una fuente judicial.
Lo terrible para la gerencia del banco no es el caso de la mujer sino el escándalo. “El juzgado, por alguna razón que desconozco –decía ayer el gerente–, no tiene ninguna prueba de nada, sólo actuó con las denuncias. Hace un año que nosotros nos presentamos como querellantes, jamás nos llamaron, jamás nos pidieron nada y hoy, de pronto, hacen los allanamientos”.
En los procedimientos, Ballestero encontró un billete de veinte pesos falso y se llevó, además, a diez empleados. Entre ellos hay ocho cajeros y tres gerentes que quedaron “demorados”: sus firmas están en los recibos de los jubilados que hicieron las denuncias.
En tanto, la gerencia está convencida de que ni sus empleados ni los gerentes pagaron los billetes en cuestión. Como prueba, cuentan con cámaras en los cajeros del centro de pagos de Palermo que son capaces de captar hasta los números de serie de los billetes: “Los billetes falsos que tenían los jubilados en su poder cuando hicieron la denuncia -dijeron– no coinciden con los que salieron de acá adentro, para nosotros se los cambiaron en la calle”, argumentó. Las denuncias que presentó el Banex en el juzgado son distintas de las de los jubilados. En ellas no acusan a los empleados ni arrojan sospechas sobre las operaciones que se hacían en los centros de pago. “Pedimos que se investigue qué pasa afuera del banco –explicó el gerente Gabriel Coqueugniot–: quienes hacen estas estafas buscan lugares donde encontrar a sus mejores víctimas: los jubilados”.